Alfredo Prior: “El arte es una actividad innecesaria, que se alimenta de egotismo”

Entrevista con el artista argentino, perteneciente al libro “Coincidencias”, de la periodista Inés Correa

– ¿Cuándo y dónde nació?

– Nací el 2 de mayo de 1952, en el Policlínico del Docente, Lavalle 1954, Ciudad de Buenos Aires, por entonces llamada indistintamente Capital Federal. Nací herniado, de ahí de ahí mi propensión a no hacer desmedidos mis esfuerzos. Unos diez días después, operación mediante, una nada recordada hibernación en la incubadora, fui trasladado a la casa de mis padres, Alsina al 700 (San Isidro), donde viví hasta los 28 años.

– ¿Ama el lugar en el que vive? Empiece comentando su primer recuerdo de este lugar.

– Yo, que era un niño bonaerense, pasé a casarme y a ser un adulto capitalino. Desde entonces viví en el barrio de Belgrano, a tres cuadras de las Barrancas. Amo este barrio: el jardín del Museo Larreta, la desproporción entre las esculturas de Yrurtia, las salas donde se exhiben, en su casa taller de la calle O´Higgins, hoy museo.

Lo que primero recuerdo de Belgrano son los árboles hermosos, me hacían sentir como no tan lejano a San Isidro. También recuerdo una tardecita que con mi novia decorábamos, días antes de casarnos, el departamento en que habríamos de vivir. Recuerdo la media luz de esa tarde de verano, y el polvo feroz, violento que nos abatió sólo un rato.

– ¿Le parece que la infancia es una época feliz? ¿La suya lo fue?

– No sé si es feliz la infancia. Alguien escribió: “la infancia es mi patria”, y coincido. La infancia es la patria del artista y a ella siempre vuelvo, como golondrina al nido del carancho herido.

-¿Cuándo tuvo noción de la tristeza por primera vez?

– No recuerdo mi primera tristeza. Tengo un temperamento melancólico depresivo, y la tristeza me saluda con su pañuelito sucio a todo lo largo de mi vida.

"Concidencias" (Milena Caserola), de Inés Correa

«Concidencias» (Milena Caserola), de Inés Correa

– ¿A qué se dedica?

– Pinto, escribo, compongo música y la ejecuto sin piedad, en vivo. “París era una fiesta”, escribió Robespierre, y me sumo a esa algarabía, recreándola en performances teatrales, bajo la sombra de las guillotinas adornadas con flores de lis.

Cometí algunos otros pecados, pecadillos: videos, video instalaciones. Considero que el video arte es la presencia del kitsch en la forma más vil de las artes visuales en estas dos últimas décadas.

– ¿Cuál es su flor preferida?

– Mi flor preferida es la cala. El jardín de la casa familiar tenía, entre una gran variedad de flores, varios setos de calas. Nunca la asocié con ceremonias funerarias. La apreciaba por su cualidad estética, por su belleza formal. Luego, con ciertos conocimientos de la historia del arte la vi pintada por pintores franceses del siglo XIX, también en el art nouveau y noté su presencia categórica en el art decó.

En mi niñez, con mi hermana Mónica le arrancábamos sus fálicos pistilos amarillos, con los cuales dibujábamos horrísonos garabatos en las paredes exteriores de la casa.

– ¿Podría contarnos acerca de un momento erótico que recuerde?

– Para contar un momento erótico, no quiero escandalizar ni poner celoso a nadie, no hay nada más propicio que las magdalenas de Proust. Mis magdalenas (algunas): 1. La ninfa sorprendida de Édouard Manet, cuando la vi por primera vez en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes, allá por mis 11 años. 2. Una afeitada con navaja, ya barbiño, en una peluquería de barrio. 3. El sonido del Koto (un instrumento de cuerdas japonés) en una noche blanca. 4. Un Rembrandt roto a pedacitos regulares y tirados al cagadero.

"La ninfa sorprendida" de Édouard Manet, en el MNBA

«La ninfa sorprendida» de Édouard Manet, en el MNBA

– ¿Qué cosas cree que no volverá a ver?

– Afortunadamente no tengo respuesta para esta pregunta. Prefiero no saber qué cosa no volveré a ver.

– ¿Cuál es su bebida preferida?

– Mi bebida preferida es el gin tónic. Alguna vez leí que fue un invento de los ingleses en una de sus colonias, la India. El agua tónica tiene entre sus ingredientes quinina, un antídoto contra la malaria y otras fiebres tropicales.

La proporción entre el agua tónica y el gin variaba según el temor a la peste y el agobio a la melancolía. Antes de conocer esta historieta adopté como mi gin preferido al Bombay, por su hermosa botella azul, pero sobre todo por su nombre que me evoca a Salgari y a las novelas y películas de aventuras de mi más aguerrida infancia.

– ¿Pasó hambre alguna vez?

– No. Nunca tuve hambre, apetito sí, tuve y tengo. Apetitos de las más variadas especies, todos insaciables.

– ¿Cómo le gustaría morir?

– Me gustaría morir de la manera más rápida y en lo posible indolora. Un infarto fulminante sería lo ideal.

– ¿Cuál es su relación con la naturaleza?

– La naturaleza. ¡La naturaleza! ¿Qué decir de ella que no haya dicho ya en mi pintura? Me resulta tan natural que me olvido hablar de ella. Pido que me aten al mástil de un navío bamboleante, como Turner, para sentir en alta mar el furor de la tormenta.

Me desnudo y aúllo como un lobo que celebra el resplandor de la luna. Escucho la música de la noche, y Mother Nature´s Son (Hijo de la madre naturaleza), o The Fool On the Hill (El tonto en la colina), las dos canciones de los Beatles. ¿Qué sería de la pintura sin el color y el aroma de la naturaleza?

– ¿Qué es lo que más le agrada y le divierte de su persona?

– Lo que más me agrada y divierte de mi persona es el don de gentes. Tengo tanto don de gentes que in the crowd like (en la multitud con el pálido fuego), como dijo Ezra Pound, no se nota. Mal que bien lo pienso, en un tête a tête tampoco. A solas por las noches, enciendo la pipa y ahuyento de mi lecho a los alegres mosquitos.

Pipa de la paz conmigo mismo.

– Si fuera un animal, ¿qué animal sería?

– Soy dragón y no se me ocurriría ser otro animal. Emblema y pabellón de todas las Chinas, es un animal magnífico, fabuloso, imaginario, que muere y no reencarna, según algunos. Otros afirman, con cuestionable certeza, que existió y aún vive, prolífico como sus crías.

– Para usted, ¿qué tendría que cambiar para que el mundo mejore?

– Para que el mundo mejore se debería no tener conciencia del mundo.

– ¿Cree en el amor?

– El amor es pura creencia, es ciega e irracional (fanática y fundamentalista a veces).

"En cada sueño habita una pena", de Alfredo Prior, en MNBA

«En cada sueño habita una pena», de Alfredo Prior, en MNBA

-¿Tiene importancia en su vida el cuidado del medio ambiente?

– Vivo en el ambiente que me ha tocado y me cuida, su existencia me otorga sinsabores y alegrías.

– ¿Usted hace algo para el bien común?

– No creo que haga nada para el bien común, mi bien más común soy yo mismo. Me dedico a una actividad innecesaria, que se alimenta de egotismo y un amor desmedido por Algo que no conozco.

– ¿Qué es lo que más lo hizo o lo hace sufrir?

– Me hace sufrir que en el país del copetín los decapitados nunca dicen “puedes rascar tu cabeza, pero no la mía”. Me hace sufrir mi corazón nevado que en vanos esfuerzos se consume, como dedo de bailarina que calza borceguíes.

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– Para usted, ¿actualmente hay más violencia que antes?

– Para la violencia hubo un antes y un después que es hoy y mañana. Releo El Matadero de Esteban Echeverría, la obra fundacional de nuestra literatura (argentina), y me digo: “Seguimos bailando al ritmo de La refalosa”. “¿Para qué gastar en pistolas taser, municiones de plomo o goma, si es más barato el degüello?”, decían nuestros padres, los fundadores de la Patria. Es digno de aplaudir en estos últimos tiempos que vive el país, la creación del El Ministerio de Policía Filantrópica que nos convierte en líderes de la democracia no representativa y globalizada [en referencia a la creación de la Policía Civil creada por la ex Ministra de Seguridad Patricia Bullrich].

– Para la libertad de los pueblos, ¿justifica la violencia?

– No justifico la violencia para la libertad de los pueblos. LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD son palabras e ideales hermosos.

LIBERTAD O MUERTE, REFLEXIONAD…. Y ESCOGED.

…Cantaban los muros en 1789.

– ¿Lo que usted hace tiene que ver con su vocación?

– Mi vida es pura vocación. Desde gurí supe que mi vocación era el arte, ser artista. Vocación que no se extingue porque a veces tengo intuiciones fulgurantes, pero aún no sé qué es el ARTE.

Fuente: Infobae