Gabriel Díaz y Claromecó. Su lugar en el mundo

Por Maria Teresa Narvaez-Delmás, Periodista internacional, especial para DiariodeCultura.com.ar.

   Cuando las palabras desatienden los verbos y los tiempos y confines se esfuman en paisajes eternos, pareciera que los desafíos del futuro ya no están. Ya solo consuelan los recuerdos.

   Esos recuerdos, ahora convertidos en lágrimas, vuelven visibles al corazón que tantas veces se alegró con el amigo que hizo honor a la amistad, que volcó su belleza espiritual y su alegría de vivir.

   Gabriel Díaz, el profesional, el amigo, el compañero, el solidario, el incansable, el buen vecino, el  poeta que viviendo en Villa Ballester, pasó sus veranos en Claromecó por más de medio siglo, convirtiéndolo en su lugar en el mundo.

   En su travesía hacia su nueva vida con Dios deja un espacio abierto a la imaginación con afán de permanencia en ese universo que supo construir con sencillez, sabiduría y emoción por este paraíso de arena, mar, cielo, viento y sol, rodeado de los verdes, amarillos y ocres de su fértiles campos.

Claromecó ( Tres Arroyos), lugar al que tanto amó, su lugar en el mundo, quedará como canto feliz en el frontis de su casa, sobre la calle 34 entre 15 y 17, a la que llamó Marbella, donde Beba, su esposa, Patricia y Gabriel, sus hijos, preservarán su mágica habilidad de embellecerla con colores de flores eternas y en la que sus amigos y conocidos  recordarán  tiempos felices.

Simbolizando su amor por este entorno natural, a poco de su camino infinito, escribió:

  «UN AÑO MÁS»
   Por Gabriel Diaz.

Un año más…//y el tiempo en su derrotero// nos impulsa, como el agua del río// curso abajo sin parar// y vemos pasar el sol, // en su periplo constante// y a la luna, con sus fases// iluminando o no las noches// que tendremos por delante.// La vida nos preside// junto con mis esperanzas// sé que las debo alcanzar.// Para cumplir mis premisas// tendré que apurar el Paso.// No sé si lo lograré…// pero sí les prometo// que he de dejar la vida en el intento».

  Finalizó con un pedido: » Tratalo con cariño, la tinta aún está muy fresca». Así lo escribió el 19 de Diciembre de 2020, en Claromecó.
Gabrielito Díaz, el amigo al que un corazón que valora virtudes humanas nunca olvidará.