«Intriga Internacional»

Es muy difícil no asociar este rasgo de Intriga Internacional a la saga James Bond, con su protagonista enfrentándose a situaciones de peligros permanentes y sobreviviendo a las cosas más imposibles mientras villanos excéntricos tratan de matarlo de formas poco prácticas. No obstante, dos cosas no tomó Dr. No en particular y la saga Bond en general de Intriga Internacional. Primero, la idea de poner como protagonista a un ciudadano común. Por el contrario, Bond es un personaje tan excepcional como el contexto que lo rodea, por eso puede moverse con tanta tranquilidad y confianza en situaciones de alto riesgo. Este aspecto fue quizás uno de los mayores aportes de Dr. No y de la saga Bond al cine: al popularizar tanto un personaje con habilidades excepcionales y cuerpo atlético capaz de salir victorioso sin importar lo que tuviera en frente, todo en un contexto de peligro espectacular de explosiones y tiroteos, Bond se transformó en uno de los primeros modelos de lo que hoy se conoce como cine de acción.

«Dr. No»

La segunda cosa que la saga Bond no tomó de Intriga Internacional fue algo seguramente no buscado por sus productores y directores (al menos no al principio): su falta de excelencia. Por decirlo de una manera más sencilla, posiblemente la saga James Bond no produjo una sola genuina obra maestra. Produjo, sí, algunas grandes escenas de acción (como la que abre Casino Royale), situaciones muy ingeniosas (el «auto submarino» de La espía que me amó), actores de mucho carisma y gran presencia cinematográfica (Roger Moore y Sean Connery a la cabeza) y hasta algunas películas notables como GoldfingerAl servicio de su majestad. Pero no hay entre sus 24 películas una sola que se encuentre en las cimas del cine de acción y espionaje.

 No hay entre sus 24 películas una sola que se encuentre en las cimas del cine de acción y espionaje. Este rasgo, que podría sonar como una objeción, es parte básica para entender por qué James Bond es un producto que logró durar tanto en el tiempo.

Este rasgo, que podría sonar como una objeción, es parte básica para entender el motivo por el cual James Bond es un producto que logró durar tanto en el tiempo. Lo explicaré de otra manera. Personajes como el John McClane de Duro de matar o el Indiana Jones de El templo de la perdición no pueden tener ese tipo de continuidad porque están muy atadas al recuerdo de películas muy excepcionales. El nivel de excelencia de sus primeras películas hace que cualquier secuela sea inmediatamente comparada por el público con la anterior.

Daniel Craig (Shuttesrstock)

Daniel Craig (Shuttesrstock)

Las películas de Bond no tienen ese problema. Hay mejores y peores, pero ninguna quedó tanto en la memoria del público como para que cada nuevo film tenga que ser comparado con algún antecesor. Esto curiosamente se extiende a los actores, y acá reside también una de las mayores rarezas de estas películas. John McClane será siempre asociado al actor Bruce Willis, como Indiana Jones a Harrison Ford; es así porque el talento y el carisma que le pusieron a los personajes se conjugaba con una narración y una puesta en escena que terminó inmortalizando una cara con un personaje . Pero el 007 pudo ser Sean Connery, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosman o Daniel Craig, cada uno imprimiéndole un sello actoral particular sin que esto generara un rechazo enorme en el público.

Roger Moore

Roger Moore

Esto pasó de forma más evidente con sus directores. Duro de Matar es ante todo una película que pertenece a John McTierman y las Indiana Jones se asocian con Spielberg, pero las películas del 007 nunca dependieron de ningún sello de estilo de un director. A veces lo que sucedió simplemente es que las Bond contaron con mayor o menor violencia, con más o menos humor y mayor o menor nivel de tragedia o incluso con un Bond que podía estar más o menos enamorado de alguna chica. Pero siempre son los viajes, las conquistas, los buenos tragos, las escenas de acción disparatadas y el personaje presentándose siempre del mismo modo la esencia misma de lo que uno busca cuando va a ver estos largometrajes.

Pierce Brosnan también fue el agente 007

Pierce Brosnan también fue el agente 007

¿Va a cambiar algo radicalmente por el hecho de que 007 sea una mujer? Posiblemente no. En algún punto, lo más probable es que suceda lo mismo que pasó cuando en GoldenEyeel actor Pierce Brosnan decidió que no quería hacer un James Bond que fumara. Hasta ese momento, en toda la historia de la saga, Bond solía disfrutar fumar. A mediados de la década del 90, cuando se filmó GoldenEye esto dejó de ser considerado algo con estilo, incluso empezó a ser visto como algo negativo, y el personaje sencillamente lo abandonó. Pero siguieron los viajes, las conquistas y los cocktails. Lo más probable es que esta nueva agente 007 sea una mujer con estilo, que guste de acostarse con hombres que se desviven por ella, y vence con un arma a cientos de personas y a los peores villanos.

Los 007 son, al fin y al cabo, expresiones de fantasías de vidas imposibles llenas de hedonismo y acción. Que haya cambiado el sexo del agente sólo comprueba dos cosas: que este tipo de fantasía terminó siendo un molde adaptable para muchas circunstancias y que las circunstancias actuales permiten que ya ciertas fantasías no se piensen sólo para los hombres. En suma: que el 007 es un producto magistral y tan indestructible como su propio agente; y que hasta una película que en el fondo no es más que pura falta de realidad puede terminar reflejando también cambios culturales concretos.

Fuente: Infobae