Mirtha Legrand y Susana Giménez, las madrinas de la reapertura del Teatro Tronador

En Mar del Plata. Después de una obra arquitectónica monumental, la sala por la que brillaron las grandes figuras del espectáculo quedó oficialmente reinaugurada este jueves a la noche. Las dos divas, invitadas de lujo, ya tienen su palco exclusivo. Luego, se presentó Les Luthiers.

Se interrumpió el tránsito para la llegada de las estrellas, ovacionadas por una platea de turistas a ambos lados de la calle. Aparecieron Mirtha Legrand y Susana Giménez el corazón de Mar del Plata se estremeció. Ese instante ubicó a los más nostálgicos en el mismo lugar, sobre esa alfombra roja donde no hace tantos años el público se quedaba a esperar a Mariano Mores, a Alberto Olmedo, a Susana y a Moria Casán, a Antonio Gasalla y a Jorge Porcel, entre otras figuras de la cultura popular argentina que hicieron de este escenario un ícono y que este jueves a la noche, en su reapertura, volvió a brillar.

En una fuerte apuesta por el arte y la cultura, el telón del Teatro Tronador de Mar del Plata volvió a levantarse. Lo hizo a partir de una inversión sin precedentes aquí, que lo convirtió en «el más importante e innovador referente de la arquitectura teatral y de escenotecnia del país», tal como lo definieron sus creadores.

Mirtha y Susana fueron las únicas invitadas de lujo para la reapertura. Las divas llegaron por separado y recibieron una ovación de los turistas que en estos días invaden la ciudad. Después, recorrieron el teatro juntas para conocer los palcos exclusivos que llevan sus nombres. 

Mirtha y Susana, junto a Les Luthiers, Lino Patalano y los dueños de la sala. Foto Espacio Clarin/Maxi Failla.

Mirtha y Susana, junto a Les Luthiers, Lino Patalano y los dueños de la sala. Foto Espacio Clarin/Maxi Failla.

Son dos de los diez lujosos palcos de la nueva sala, y las placas que los identifica, que llevan una rosa enchapada en oro, las hizo Juan Carlos Pallarols. El orfebre ya tiene una obra instalada en el foyer: la escultura de un lobo marino que construyó con material bélico de la Guerra de Malvinas en homenaje a los soldados caídos y a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, cuyos nombres están escritos en una rosa. Este jueves sumó otra, el prototipo del bastón presidencial de 1983.

Las dos conductoras más famosas de la TV posaron para las fotos sobre el flamante escenario. Susana recordó lo ultimo que había hecho en ese mismo espacio, antes de retirarse del teatro: «Este teatro significa mucho para mí, porque aquí hice dos obras, La mujer del año y Sugar, y verlo así es una maravilla», y elogió la sala con énfasis: «Es impresionante, estoy sorprendida, un lujo». 

Susana Giménez en la entrada de su palco, decorado por Pallarols Foto: Maxi Failla.

Susana Giménez en la entrada de su palco, decorado por Pallarols Foto: Maxi Failla.

Después de la recorrida, el Tronador abrió al público para la presentación de Les Luthiers. Estrenaron la sala con la divertida antología «Gran Reserva» (estará en cartel hasta el 26 de enero, de jueves a domingo), y el espectáculo marcará la despedida definitiva del país. “Es un gran orgullo que seamos los elegidos para reabrir esta sala emblemática por la que pasaron grandes figuras”, sostuvo el Luthier Horacio «Tato» Turano.  

«Siempre es muy lindo regresar a Mar del Plata, y esta ocasión es particularmente especial por lo que implica reinaugurar el Teatro Tronador, que se perfila como un ícono de la ciudad y uno de los mejores teatros de la región», dijo Tomas Mayer Wolf, otro de los miembros del grupo, que, junto a sus compañeros Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Martín O’Connor y Roberto Antier, bajó a recibir a Mirtha y Susana, junto a los empresarios Marcelo González y Guillermo Seita, propietarios del Tronador. 

La placa del palco de Mirtha.  Foto Espacio Clarin/ Maxi Failla.

La placa del palco de Mirtha. Foto Espacio Clarin/ Maxi Failla.

Como cada vez que encabezó una recorrida para mostrar el avance de las obras por el foyer de mármol, el área de camarines que tienen hasta jacuzzi, por la sala sembrada de butacas de madera tapizadas en azul marino, el escenario desmontable de 18 por 14 metros y su telón motorizado, visitas en las que guió a actores, periodistas y autoridades, el empresario Marcelo González se entusiasma al hablar de las características del nuevo Tronador.

Emocionado, González dio este jueves la bienvenida «con una satisfacción increible», porque «un país sin cultura es un país sin futuro, y estamos para dar batalla muy fuerte por el país».

Susana Y Mirtha, las madrinas simbólicas de esta reinauguración. Foto Maxi Failla

Susana Y Mirtha, las madrinas simbólicas de esta reinauguración. Foto Maxi Failla

La sala había cerrado en 2015, luego de haber caído en el abandono. Cuando el estudio de arquitectura Sambataro lo tomó, su estado era lamentable. Se demolió el techo y se instalaron casi 100 toneladas de estructura metálica en su sistema de parrillas y en los puentes de maniobras, con las que obtiene 33 posiciones de colgado, sistemas de suspensión para decorados y varas de iluminación automatizados. Se lo hizo a nuevo a partir de la premisa de utilizar materiales de calidad. 

«El proyecto representa un importante hito cultural en Mar del Plata, logra recuperar y transformar el existente edificio en una usina generadora de oportunidades para jóvenes artistas», apuntaron los arquitectos Alfio y Agostina Sambataro, a cargo de quienes estuvo la remodelación integral del teatro junto al escenógrafo Enrique Bordolini, del Teatro Colón. 

Es que el nuevo Tronador ya no es sólo una sala de teatro. Tras la remodelación, que llevó tres años, se reconvirtió en un complejo cultural que alberga una moderna sala multifuncional con amplia flexibilidad de uso con capacidad para 760 personas y una escuela de ballet, nada menos que la primera sede del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISATC) fuera de la ciudad de Buenos Aires.

«El Tronador tiene la impronta de su historia, de tener muchos años de vida, y está construyendo los años activos hacia el futuro», sostuvo María Victoria Alcaraz, directora del Teatro Colón de Buenos Aires. 

Hace más de un año que funciona el ISATC y unos 200 alumnos toman clases de danza con docentes oficiales del Colón. En un anexo funciona la Escuela Orquestal de Música y Canto, donde se cursan gratis las carreras de Canto Lírico, Caracterización, Dirección Escénica de Ópera y Preparación Musical de Ópera. 



El edificio de Santiago del Estero 1746, entre la peatonal San Martín y Rivadavia, en pleno corazón de Mar del Plata, el mismo lugar donde había sido inaugurado en 1979, consta de dos niveles que se conectan desde el exterior por el foyer. En el primer piso funciona en ISATC, con dos salas de 85 metros cuadrados que pueden unirse para generar una sala de ensayo para un cuerpo de ballet completo. En el mismo nivel están los camarines, sala de kinesiología y vestuarios para los alumnos.

En el segundo nivel está la sala, que cuenta con acústica natural, un sistema que, explicó Alfio Sambataro a Clarín, trabaja por geometría y materialidad, para lograr excelentes niveles auditivos, lo que permitirá disfrutar tanto de un concierto de orquesta sinfónica o canto lírico, con los adecuados niveles de reverberación, brillo y coloratura. Con refuerzo sonoro, también puede presentarse una banda de rock

A la vista, lo que técnicamente los arquitectos explican como materialidad,el interior de la sala, denota lujo y cuidado. Huele a nuevo, como un 0Km. El revestimiento de paredes y cielorraso es de madera, con lo que se logró «una envolvente integradora del sistema de resonadores y reflectores acústicos». Además, se trabajó para conseguir estándares adecuados de mitigación de ruido.

El Tronador abrió sus puertas en 1979 con Operativo contable, que protagonizaron Mariano Mores y Estela Raval, y luego su sala fue escenario de la época de oro de la comedia, con Olmedo, Porcel, Gasalla, Ricardo Darín, Graciela Alfano, Claudio García Satur, Carmen Barbieri, Mario Sapag, Arturo Puig, Sandra Mihanovich, Celeste Carballo, Javier Portales y Hugo Arana, entre otros. Aquí, en 1990, Susana protagonizó La mujer del año; luego hizo Sugar, y ésa fue la última vez que trabajó en la ciudad. 

Valió la espera. A partir de la temporada 2020, este espacio moderno y tecnológicamente de avanzada promete convertirse en el escenario marplatense para obras y conciertos de talla internacional. Hay planes de óperas y ballet, música y teatro, y espectáculos de vanguardia. Al decir de sus creadores, «no solo es un teatro: se trata de un legado cultural para la ciudad«.

Fuente: Clarín