El Festival de Literatura Infantil FILBITA celebra sus 15 años del viernes 7 al domingo 9 de noviembre en distintos espacios de la Ciudad de Buenos Aires, con una programación que incluye narraciones, lecturas, música, talleres, proyecciones y actividades para toda la familia.
El viernes 7, en el marco del programa “Territorios de encuentros” de ALIJA, se realizará una jornada de formación e intercambio para mediadores de lectura en Los Pompas Club de Artes (Av. Brasil 2640). También se reunirán participantes del proyecto Sinfín, que promueve la circulación de la literatura en escuelas y comunidades.

Las actividades centrales del festival se desarrollan el sábado 8 y domingo 9 en el Espacio Cultural del Sur (Av. Caseros 1750), con talleres de fanzine, escritura, dibujo, poesía y movimiento, además de narraciones y canciones para bebés.
Entre las propuestas destacadas figuran las narraciones de Mario Méndez, la lectura de Luciano Saracino acompañada por música de Victoria Rodríguez Lacrouts y Eugenia Sasso, y el video Lecturas Sinfín. TAC infinito, con producciones poéticas de jóvenes participantes de Fundación TEMAS.
El festival cuenta con la participación de autores y artistas nacionales como Luciana De Luca, Patricia Strauch, Noe Garín, Jimena Rodríguez, Laura Ávila, Matías Moscardi y Jimena Tello, entre otros, y con el apoyo de editoriales como Fondo de Cultura Económica, Limonero, La Brujita de Papel, Ojoreja y Siglo XXI.
FILBITA, organizado por Fundación FILBA, se consolida como un punto de encuentro entre lectores, autores y mediadores, con el lema “Leer con otras y otros”. La edición cuenta con el apoyo de Banco Galicia, Mecenazgo, Eterna Cadencia y el Goethe-Institut.
Tres días dedicados a la literatura para las infancias con la voz de los chicos y las chicas como protagonista. Con el lema Leer con otras y otros, el Festival de Literatura Infantil Filbita celebra su 15º edición con propuestas para toda la familia desde este viernes 7 al domingo 9 de noviembre. La programación contará con actividades completamente abiertas y gratuitas y, además, en esta ocasión el evento será parte de La Noche de los Museos.
El festival se inicia este viernes 7 con una jornada de formación, intercambio y reflexión destinada a mediadores de lectura, docentes, bibliotecarios y coordinadores de actividades con infancias, que se llevará a cabo en la sede de Los Pompas Club de Artes (Av. Brasil 2640) desde las 14. La propuesta consiste en un taller de narración oral y lectura en voz alta, a cargo de Diana Tarnofky; una conversación e intercambio de experiencias que organizan los integrantes de los proyectos Territorios de Encuentros (Girapalabras, ALIJA) y Sinfín (Filba), con la moderación de Belén Campero; y el diálogo Leer con otros y otras, entre Belén Campero y Carlos Skliar.
Mientras, el sábado 8 y el domingo 9 el encuentro reunirá a los más chicos y a sus familias en el Espacio Cultural de Sur (Av. Caseros 1750) a partir de las 15. La programación, en este caso, incluirá narraciones, lecturas, música, talleres -de fanzine, escritura, dibujo, poesía y movimiento-, actividades para familias y bebés, y proyección de cortos y videos, entre otros.
En este marco, entre las perlitas de ambas jornadas, se destacan las narraciones del escritor Mario Méndez, abriendo La Noche de los Museos en Filbita, con cuentos de terror, y la propuesta de ir en pijama para compartir «Cantos y cuentos para llamar a la luna», historias leídas por Luciano Saracino, acompañado por canciones en la voz de Victoria Rodríguez Lacrouts y Eugenia Sasso en guitarra. Además, chicos y chicas podrán tomar la palabra para compartir sus creaciones: los dos días se podrá ver el video Lecturas Sinfín. TAC infinito: donde empieza lo que no termina, un conjunto de producciones poéticas escritas, leídas e ilustradas por integrantes del taller de Aprendizaje Comunitario de Fundación TEMAS.
El Filbita será también, en esta oportunidad, plataforma para potenciar Sinfín,un proyecto nacido en 2025 en Fundación FILBA, que promueve que la literatura circule en distintas comunidades (escuelas, centros de apoyo escolar, espacios de salud, instituciones sociales). Los objetivos son contribuir al enriquecimiento de bibliotecas de lugares vulnerables, y colocar a las chicas y los chicos como protagonistas y artífices de la circulación de la literatura.
“Esta edición es especial porque refuerza muy especialmente lo que venimos proponiendo en todos estos años: invitar al encuentro y celebrar cada espacio de lectura y participación pensado para infancias, para que los chicos y las chicas lo disfruten, le pongan voz, lo transformen, se lo apropien y lo hagan todavía más rico”, anticipa Larisa Chausovsky, programadora del Filbita y coordinadora de Sinfín.

–Este año, el Filbita coincide con La Noche de los Museos. ¿Qué expectativas de repercusión y público tienen?
-La Noche de los Museos es un acontecimiento cultural que moviliza a muchas personas, y que invita a salir y conocer espacios en un horario más amplio que el habitual. Y creemos que la posibilidad de extender la programación habitual de Filbita es una buena oportunidad para participar de este acontecimiento y sumar una propuesta que tiene que ver con el arte, haciendo foco en la literatura y renovando un ritual que se sostiene cotidianamente: el de escuchar cuentos, conjurar miedos y llamar a los sueños a través de los relatos compartidos.
–El lema de este año es Leer con otras y otros. ¿El ejercicio de la lectura se potencia en comunidad?
-Sin dudas. La lectura es una práctica fundamentalmente social y cultural. Comienza a formar parte de la vida de las personas porque existe una comunidad, porque existe un otro que nos lee y nos nombra, que nos da palabras y nos da la bienvenida a un universo de significados y nos sumerge en una cultura. A partir de ahí, comenzamos a formar parte de una comunidad y a construir sentidos propios. Y eso se sostiene a lo largo de la vida. Es cierto que la lectura puede ser una elección apasionada, individual, personal, pero sobre todo es un derecho:el derecho a acceder a ese universo simbólico y construir significados que dan sentido a la propia vida, al lugar en el mundo, pero que también posibilita la participación social, los intercambios y la construcción de lazos.
–En esta edicion tendrá un rol clave Sinfín, el proyecto que busca democratizar la lectura y llegar a comunidades vulnerables. ¿Qué importancia tiene esta política?
-Siguiendo con la idea de la importancia de la comunidad a la hora de pensar en la lectura, el programa Sinfín, que comenzó este año en Filba, busca contribuir a que, junto con la circulación de libros, se tiendan y fortalezcan lazos sociales al interior de las comunidades y también entre ellas. En una época y un contexto nacional y global en el que el individualismo y la falta de registro del otro avanzan (y arrasan) sobre lo cotidiano, es fundamental rescatar todo aquello que sucede dentro de cada comunidad y trabajar para que eso se sostenga, se profundice y se extienda a otras comunidades. Y eso es lo que propone Sinfín: que el libro, en tanto objeto cultural, y la lectura, como derecho, sean espacios simbólicos de construcción de lazos que sostienen y enriquecen la trama social.
–¿Cuál es hoy el vínculo entre los libros y las infancias?
-Los vínculos entre los libros y las infancias se tejen de la mano de adultos y adultas que acercan, que están presentes y disponibles a la hora de compartir la cultura en común. La familia, la escuela, las bibliotecas, pero también todo tipo de espacios comunitarios, tienen que ofrecer la posibilidad de tener ese acercamiento. Los chicos y chicas se vinculan con naturalidad y entusiasmo con los libros cuando hay personas disponibles que comparten el aquí y ahora. Si bien ahora hay una enorme variedad de soportes de lectura, somos los adultos los que tenemos que seguir apostando al valor de los libros y la literatura en las infancias. Cuando abrimos un libro, y comenzamos un relato que invita a escuchar, o cuando jugamos con las palabras, los chicos y chicas se acercan porque se sienten convocados. Luego, aparecen las particularidades, gustos y pasiones distintas a la hora de que cada cual construya su propio recorrido lector.
–¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta hoy la literatura infantil?
-Creo que uno de los grandes desafíos de la literatura hoy -y no sólo la infantil- es el de seguir creando otro tiempo, y lograr evitar que el avance de la inmediatez y la satisfacción instantánea avasallen los tiempos de la creación y las historias, el ritmo de la poesía y la temporalidad de la belleza. Leer, crear, pensar, conversar, escuchar y volver a leer son todas prácticas humanas que llevan tiempo. Y entonces el desafío está en que sigan existiendo, mutando, pero sin perder la esencia de lo humano.
*La programación completa puede consultarse en: https://filba.org.ar/filbita/filbita-2025_137/programa
Filbita 2025
Leer con otros, leer con otras
La escena se repite al infinito: llegamos al mundo y alguien nos recibe, nos ofrece palabras para nombrar todo aquello que nos rodea, nos abre la puerta para participar de una conversación que no tiene principio ni fin. Una conversación hecha de historias, cantos, formas de hacer, de mirar y crear. Los escenarios varían: alrededor del fuego, en el regazo, en una habitación iluminada por una lamparita con alguien que nos cuenta un cuento, entre amigas y amigos, en las escuelas, en las casas y en las plazas, alrededor de un libro.
Desde los primeros meses de vida, la literatura -y el mundo- llega a través de las voces que nos abrazan, de lecturas que hacemos con otros y otras: otros que nos leen y otras a quienes leemos en sus movimientos, sus tonos, sus colores y aromas.
Leer con otros y otras es escuchar, habitar un espacio común, es tejer sentidos con palabras que nos transforman. Desde la infancia, ese vínculo con la lectura se da en compañía: en la voz de quien nos lee, en los gestos y las historias compartidas.
Leer con otros es encuentro, pero es también escucha. Es horizonte y es terreno habitable. Habitar (y habilitar) espacios de lecturas compartidas da la oportunidad de escuchar a otros, conocer otras miradas, descubrir otros sentidos. Y construir, con las lecturas propias y las de otros, un mundo más amplio.
Este año Filbita celebra su edición número 15. Si miramos para atrás, pero también alrededor, y pensamos sobre qué se fue hilvanando el festival en todo este tiempo, aparece siempre una idea en común: leer con otros y otras. El festival, un punto en la agenda de cada año, pasa a formar parte de un tejido de lectores y lecturas.
Este año, además, para extender esa conversación, para encontrar nuevos espacios en donde seguir tejiendo redes entre lectores, nació en Fundación Filba Sinfín, un programa que se abre a las comunidades, busca nuevos encuentros, ayuda a que los libros circulen, y que junto con ellos, se movilicen lecturas y lectores. Durante 2025 trabajamos con seis instituciones en las que además de poner libros en movimiento desde bibliotecas particulares hacia bibliotecas comunitarias, realizamos talleres, charlas y propuestas de lecturas compartidas con mediadores de lectura y chicas y chicos de todas las edades.
Por todo esto, en esta edición de Filbita invitamos una vez más a construir nuevos escenarios, con la misma escena: alrededor del fuego de las historias, entre libros y miradas en movimiento, con melodías, en el regazo con poemas en un abrazo… Para que las lecturas se desplieguen y encuentren nuevas oportunidades en las que la literatura siga estando en el centro de la escena como una forma de ampliar el mundo, sembrar sentidos diversos y alimentar los lazos entre las personas.
El festival es posible gracias a la colaboración de muchas personas e instituciones. A autores, artistas, editoriales y organizaciones que nos acompañan, ¡muchas gracias!
La ilustración de Filbita 2025 es obra de la artista y autora chilena Paloma Valdivia -quien nos ha acompañado en más de una ocasión en los festivales. ¡Gracias a Paloma por su cariño, generosidad y arte!
A las chicas y chicos que vienen a leer y compartir sus lecturas, miradas, palabras y arte, y que hacen que el festival sea siempre mejor de lo que imaginamos… ¡Bienvenidas y bienvenidos!


