Recuperan tres valiosas obras de escritores argentinos

Se trata de los «Cuentos completos» de Alberto Laiseca, por primera vez editados integralmente; «Aire tan dulce» y «La última conquista del ángel», de Elvira Orphée, y «Amatista», de Alicia Steimberg

Las etapas de una imaginación desaforada (Laiseca), la crueldad en nuestra sociedad denunciada con durísima distancia poética (Orphée), y la sexualidad celebrada con humor (Steimberg), son los temas de tres libros que se acaban de recuperar por considerarse relevantes. Veamos estos tres casos.

El rosarino Alberto Laiseca (1941-2016) declarado “gran monstruo de nuestras letras” fue largo tiempo un escritor de culto en capillas literarias, una contraseña en grupos juveniles que lo descubrieron contando cuentos de terror por I-Sat, y El Maestro para sus discípulos, hoy valorados autores, que lo llamaban Lai o Conde, y recuperan sus obras para consagrarlo como uno de los grandes de nuestras Letras. Algo que Laiseca ya había logrado con “Los Sorias”, su legendaria novela, la más extensa de la literatura argentina.

El año pasado se publicó el volumen póstumo “Hybris”, nombre dado por la desmesura de su obra, que reúne las nouvelles “La puerta del viento”, “Sindicalia” y “Camilo Aldao”. Ahora aparece “Cuentos completos” con todos sus textos narrativos cortos (63) muchos de ellos inéditos, que muestran las etapas de una imaginación desaforada. Están los cuentos de “Matando enanos a garrotazos” (1982), libro desopilante del que Borges dijo “no voy a leer un libro que tiene un gerundio en el título”, y Laiseca le contestó con un cuento de “Gracias Chanchúbelo” (2000).

Están, entre los imperdibles, “Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo”, la versión que sirvió al guión de la película, donde él actuó, y la más reciente. Actor, estudiante de ingeniería, peón cosechero, corrector en diarios, maestro en talleres, crítico literario en este diario. Publicó poemas, novelas, cuentos y ensayos. Construyó un estilo narrativo que definió como “realismo delirante”, donde mezcla fantasías históricas, lenguaje coloquial, distopías tan grotescas como terroríficas, cultos mágico esotéricos, sexualidades perversas, lucha contra el anti-ser y constante humor. Su obra se la relaciona con la de Cancela, Arlt y Marechal.

Elvira Orphée

En los años 60 y 70 tres escritoras eran bests sellers: Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Marta Lynch. Cincuenta años después están casi olvidadas, mientras que otras tres escritoras entonces consideradas “escritoras para escritores”, con poquísimos lectores, hoy se consideran cardinales: Silvina Ocampo, Sara Gallardo y Elvira Orphée. La tucumana Orphée (1922-2018) elogiada desde su primer cuento, aparecido en la revista Sur, por su densidad poética, algo que reafirmó luego en sus siete novelas y tres libros de cuentos. Viajó a París donde fue lectora de Gallimard, y llevó al francés obras de Rulfo y Lispector.

Allí se reencontró con el pintor y diplomático Miguel Ocampo (primo de Victoria y Silvina) con quien se casó y pasaron a vivir en Roma, sin sus amigos Calvino, Moravia y Morante. Las obras de Orphée son calificadas de extrañas y magistrales. Las ahora recuperadas suman a la calidad de su prosa la denuncia de lo oprobioso, algo sorprendente en quien que, tras la críticas a su novela “Uno”, decidió no meterse más en temas políticos.

Tanto “Aire tan dulce” como “La última conquista de El Ángel” son obras políticas. En “Aire tan dulce” a través de la conciencia de tres personajes denuncia el chato universo provinciano, donde es natural la mentira, el engaño, la falsedad, las prohibiciones y sometimientos. En “La última conquista de El ángel” (1977), da un paso más, cuenta desde la mente de un torturador su trabajo y el grupo que lo rodea concluyendo en la locura final de quién se creía poderoso y pierde la contención del poder. Es considerada una de las mejores novelas sobre la dictadura, si bien fue escrita premonitoriamente cuando ésta aún no había tomado el gobierno.

Alicia Steimberg

La porteña Alicia Steimberg (1933-2012) luego de egresar del Profesorado de Lenguas Vivas inició una larga trayectoria en la docencia y la traducción. En 2008, en una presentación en Roma, le preguntaron porque había comenzado a escribir cuentos a los 36 años, confesó que ya los escribía desde los 18, pero no los presentó hasta que no supo que estaban bien, que no eran borradores de iniciación. Se sintió segura cuando envió un libro de cuentos al concurso Seix Barral y resultó finalista, y luego le ocurrió lo mismo en el concurso de la editorial Monte Ávila.

Decidió que ya era hora de comenzar a publicar. Así fueron apareciendo sus catorce libros, entre ellos la novela “Cuando digo Magdalena” (1992) Premio Planeta Biblioteca del Sur. Poco antes, con “Amatista” (1989) Steimberg logró ser la única finalista del Premio La Sonrisa Vertical, sello de literatura erótica dirigido por Luis García Berlanga y Beatriz de Moura. La recuperación de “Amatista”, que tuvo una adaptación musical del compositor Andrés Gerszenzon, como “opera erótica con boleros”.

“¿Es posible que una novela erótica sea al mismo tiempo un libro de humor desopilante?”, se pregunta Ana María Shua, prologuista de esta obra recuperada, y recuerda que el editor profesor y crítico Enrique Pezzoni le dijo que “la pornografía se parece al patinaje sobre hielo; al principio parece muy divertido, pero después te das cuenta de que siempre se repiten las misma figuras”. Steimberg supo sortear ese tedioso e irreparable escollo contando las nueve sesiones donde una amable señora le cuenta las peripecias de los goces propios y ajenos a un “doctor leguleyo pleitero”.

Le detalla las aventuras de la desenfrenada y poderosa Amatista, de la pícara Mariolina, de los ángeles miopes y el monasterio de los monjes perversos y sus extraños rituales masturbatorios, entre nueve inesperadas peripecias carnales. Para el múltiple creador Fernando Fernán Gómez, la novela de Steimberg “da el abc del placer, que es «contenerse y sufrir el exquisito placer de la espera”, receta que pareciera en estos tiempos haber pasado al olvido.

Alberto Laiseca “Cuentos completos” (Bs.As., Random House, 2024, 575 págs.).

Elvira Orphée “Dos novelas: Aire tan dulce y La última conquista del ángel” (Bs.As., FCE, 2024, 441 págs.)

Alicia Steimberg “Amatista” (Bs.As., Hugo Benjamín, 2024, 136 págs.)

Fuente: Ámbito.