Rupturista y fuera del canon: la escritora María Moreno fue distinguida en Chile

Ganó el Premio Iberoamericano Manuel Rojas. El jurado destacó la trayectoria de una autora que borra fronteras entre los géneros literarios. Opinan Daniel Link y María Sonia Cristoff.

Feminista atípica, periodista, escritora, ensayista, entrevistadora, crítica cultural, la argentina María Moreno obtuvo ayer el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, que otorga el Ministerio de las Culturas de Chile. Ganadora de la octava edición, el galardón reconoce su obra “rupturista y multifacética” y está dotado con 60 mil dólares. Moreno se enteró de la noticia por teléfono al mismo tiempo en que era anunciada: “¿Me puedo desmayar?”, dijo sorprendida. Y, entre risas, le respondió al jurado: “Es increíble, me tengo que sentar”.

El anuncio se conoció cerca de las seis de la tarde y enseguida se dispersó por las redes. Una de las primeras en contarlo –video incluido– fue la escritora Claudia Piñeiro, que integró el jurado junto a Fabián Casas, ambos por Argentina, Alberto Fuguet y Cynthia Rimsky, de Chile, y Javier Vásconez, de Ecuador. Desde entonces, se multiplicaron las felicitaciones y elogios a la periodista que escribe desde hace años en Página 12.

El Premio Iberoamericano Manuel Rojas fue creado hace siete años, en homenaje al escritor chileno fallecido en 1973. Se destacó que en esta edición “se enfatizó en autores fuera del canon”, se eligió a una escritora que “transgrede los géneros literarios” y “elimina las fronteras en un proyecto que lee los desechos de la cultura sin juzgar, cambiándoles el signo, liberando su lectura, ampliando sentidos en una actitud crítica y libertaria”. Los argentinos Ricardo Piglia, César Aira y Hebe Uhart también obtuvieron este premio en ediciones anteriores.

Black Out (autobiografía), Subrayados (ensayo), El petiso orejudo (crónica), El affaire Skeffington (novela), Vida de vivos (entrevistas) y Panfleto (artículos periodísticos) están entre sus títulos destacados y muestran la ductilidad de la autora en esa tierra compartida entre literatura y periodismo. “María ha desdeñado todo anhelo de pureza en relación con la escritura y ha mestizado todos los géneros posibles sin ninguna conmisceración”, le explica a Clarín el escritor Daniel Link.

En Oración. Carta a Vicki y otras elegías políticas, mezcla de ensayo, literatura, crítica, investigación y biografía, hace estallar los límites para contar las cartas que el periodista Rodolfo Walsh le escribe a su hija Vicki. “Yo siempre insisto con la idea de trabajar en las zonas contaminadas, en oposición a los escritores ‘puros’ que separan la literatura de otras escrituras como el periodismo”, explicaba Moreno sobre su estilo en una entrevista con revista Ñ, a propósito de la publicación de Black Out, una combinación de autobiografía, narrativa, crónica y ensayo.

“Somos muchos los que consideramos a María Moreno la mejor cronista de todos los tiempos y una de las voces documentales más lúcidas de la lengua”, destacó hace poco el escritor y crítico español Jorge Carrión.

«De las escritoras, es la más singular –su humoroso y afilado barroco es inconfundible y deja al lector mal parado: tocado–. Animado y risueño puede ser su estilo, pero también desobediente al bien pensar. Tomadora de riesgos cuando temas de política sexual –así se les decía– resultaban ser meros accesorios del ambiente de las ideas. Fue deviniendo, con justicia y sin protocolos cultos ni paraculturales, en mujer pública: en escritora con calle, y con pueblo lector», considera el sociólogo Christian Ferrer.

Referente feminista de larga data. /Mario Quinteros

Referente feminista de larga data. /Mario Quinteros

Nacida en Buenos Aires en 1947 como María Cristina Forero, pasó por las redacciones de La Opinión, SurBabel y Fin de Siglo antes de llegar a Tiempo Argentino, donde sorprendió a los lectores con textos sobre feminismo y masculinidad, sexualidad y tabúes, consumos varios (sobre todo de alcohol) y críticas a la sociedad. Gran parte de sus artículos fueron recopilados y recientemente publicados en el libro Panfleto.

Feminista de larga data, en 1984 fundó la revista Alfonsina, primera publicación con esa perspectiva de género. “Empecé a escribir con el modelo de los periodistas de Primera Plana, que eran ante todo escritores. Mi modelo era la escritura periodística que hacían los escritores. Yo escribo igual ante cualquier circunstancia”, contó en una entrevista.

Sola, juntando caracoles en una playa de Santa Ana, Uruguay. O con un whisky en la mano en el Delta. O en una playa de Viña del Mar, durmiendo en una bolsa de dormir. Así de simples, así de plácidos, son los momentos de felicidad para María Moreno, según describió en la revista Viva. Al contrario, a la hora de escribir, se inclina “por la enumeración caótica, larga en lo posible” y por “un abrupto contacto entre lo alto y lo bajo. No puedo evitar el chiste, porque el lenguaje te lleva a eso, al humor”.

La escritora María Sonia Cristoff señaló que “es una maestra en una de las cosas más difíciles de lograr en literatura: el tono. El tono socarrón viene hace rato poniendo en cuestión las formas anquilosadas, las estructuras vetustas”. Y destacó que sus “ensayos literarios” son “un gesto profundamente feminista, algo que le hace falta a la literatura argentina. Y latinoamericana”.

Querida y reconocida entre sus pares, aunque a veces esquiva, el premio le llega apenas pasadas las siete décadas. En palabras de su “amigue” Link, tal como él se definió: “Me dicen que María Moreno ganó un importante premio en Chile. La especie no me sorprende: María merece ser coronada reina plebeya de todos los reinos de mestizos”. 

Fuente: Clarín