«May you live in interesting times» es el título original elegido por el curador estadounidense Ralph Rugoff, quien seleccionó a los dos argentinos además de otros 80 artistas de todo el mundo, una muestra que inaugura una de las semanas más intensas del arte mundial, en la ciudad que recibe el increíble promedio 25.000 turistas por cada habitante.
Además de la Argentina se incluyen 90 participaciones nacionales en los pabellones históricos de Giardini, en el Arsenale y en el centro histórico de la ciudad de Venecia, mientras que cuatro de los países participan por primera vez en la historia: Ghana, Madagascar, Malasia y Pakistán, informaron desde la bienal.
La mágica ciudad italiana conocida por sus coloridos carnavales, sus angostas calles y canales y sus viajes en góndola -aunque también por sus inundaciones- ofrece por estos días su mejor clima, ya que se encuentra en plena primavera para recibir a los amantes del arte de todas las latitudes.
Abierto al público del 11 de mayo al 24 de noviembre, la 58.º Exposición Internacional de Arte girará alrededor de la muestra central, cuyo título «podría interpretarse como una especie de maldición», según dijo el presidente de la bienal Paolo Baratta, ya que la expresión tiempos interesantes «evoca la idea de tiempos difíciles o incluso amenazantes».
El curador Ralph Rugoff explicó recientemente que la exposición se centrará en el trabajo de artistas «que desafían los hábitos de pensamiento existentes y abren nuevas lecturas de objetos e imágenes, gestos y situaciones.
El arte de este tipo surge de la práctica de tener múltiples perspectivas: de tener en cuenta nociones aparentemente contradictorias e incompatibles, y hacer malabarismos con las diversas formas de dar sentido al mundo», se puede leer en la web de la bienal.
Cuando estuvo de visita en Buenos Aires en noviembre pasado, el curador de la Bienal 2019 explicó por qué eligió como lema «Que vivas en tiempos interesantes»: una frase que durante años emplearon políticos británicos invocando una antigua maldición china que nunca existió, una suerte de fake news a la que se ha hecho referencia como real durante más de cien años.
«El lema de la bienal está asociado a la posverdad. Si bien los artistas no reflejan directamente esos temas en sus obras están encarnando ese enfoque. Son los artistas contemporáneos quienes ofrecen espacios hoy para lidiar con esta complejidad», había dicho Rugoff a la Agencia Télam.
«Yo solía odiar ir a las bienales, sobre todo las que son demasiado grandes. Es una experiencia intensa y agotadora. Si uno quisiera recorrer todo Venecia necesitaría tres semanas y la gente suele visitarla en cuatro días. Al mismo tiempo es invaluable tener un lugar para que todos estos artistas se encuentren y establezcan lazos. Las bienales en el mundo son como un virus que se multiplica pero Venecia de algún modo es diferente», había confesado el curador a Télam.
Además de otros artistas latinoamericanos como el uruguayo Jill Muleady y los mexicanos Teresa Margolles y Gabriel Rico, el público se encontrará con la obra del tucumano afincado en Berlín Tomás Saraceno, reconocido por sus obras basadas en las morfologías de las telarañas y por sus Cloud Cities.
Por su parte, Adriana Minoliti, quien ha expuesto en ciudades de todo el mundo, se inspira en la teoría creer para realizar sus coloridas pinturas e instalaciones geométricas, creaciones visualmente impactantes con las que reimagina las relaciones espaciales y sexuales entre los cuerpos, experimentando con estilos formales interpuestos con formas atrevidas.
Finalmente la santafesina Mariana Telleria -elegida por concurso abierto- representará a la Argentina en el pabellón nacional ubicado en los arsenales italianos, con su proyecto «El nombre de un país», una potente instalación site specific de siete esculturas de gran formato, curada por Florencia Battiti.
Nacida en Rufino en 1979, Telleria ha realizado instalaciones que se caracterizan por tomar elementos de la vida cotidiana y convertirlos en anómalos, transformarlos con la intención de mostrar su extrañeza, una operatoria que promete replicar en su presentación en la bienal, cita máxima de las artes a nivel mundial.