Descifran el significado de los extraños símbolos encontrados en pinturas rupestres

Un conservador de muebles oriundo de Londres logró resolver una de las incógnitas que mantuvo en vilo a arqueólogos y científicos por décadas

El misterio detrás de las marcas existentes en pinturas rupestres dentro de antiguas cuevas fue finalmente descifrado por un conservador de muebles. El crucial descubrimiento de Ben Bacon permite también dar cuenta de la verdadera razón por la que cazadores dibujaban animales.

Según el análisis de Bacon, se entendía en un principio que quienes vivieron en la Edad de Hielo -hace al menos 20.000 años atrás- usaban marcas como líneas y puntos, combinadas con dibujos de sus presas animales para registrar y compartir información sofisticada sobre el comportamiento de estos animales.

Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 años
Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 añosUniversidad de Durham

Hasta ahora, los arqueólogos y científicos estaban más que seguros que estas secuencias de líneas, puntos y otras marcas, que se encuentran en las paredes de las cuevas y en los objetos portátiles- funcionabanpara almacenar algún tipo de dato particular. Sin embargo, desconocían su significado específico.

Tras días de estudio, el hombre oriundo de Reino Unido dio con la respuesta. Al parecer, las representaciones de animales junto con puntos, rayas y líneas adicionales simbolizaban un calendario lunar de apareamiento. El signo “Y” por otro lado, que aparecía con frecuencia, significaba “dar a luz”.

Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 años
Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 añosUniversidad de Durham

Su trabajo demuestra entonces que estas secuencias apuntaron a registrar temporadas de apareamiento y parto, y encontraron una correlación estadísticamente significativa entre el número de marcas, la posición del signo ‘Y’ y los meses en los que los animales modernos se aparean y dan a luz, respectivamente.

Dado que las marcas, encontradas en más de 600 imágenes en paredes de cuevas y objetos portátiles en toda Europa, registran información numérica y hacen referencia a un calendario en lugar de registrar el habla, no pueden llamarse “escritura” en el sentido pictográfico y cuneiforme.

Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 años
Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 añosUnviersidad de Durham

En todo caso, insiste Bacon, podría considerarse un sistema de protoescritura, anterior a otros sistemas basados en fichas que luego en el Cercano Oriente.

El estudio del londinense terminó por ser publicado en Cambridge Archaeological Journal e involucró datos adicionales provistos por un pequeño equipo que incluía a los profesores de la Universidad de Durham Paul Pettitt -Departamento de Arqueología- y Robert Kentridge -Departamento de Psicología-.

Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 años
Puntos en una pintura rupestres hallada en una cueva y que data de hace más de 20.000 añosUniversidad de Durham

Entre las consideraciones finales, se destacó que el descubrimiento no soñp decodifica la información registrada por primera vez hace miles de años, sino que también muestra que los cazadores de la Edad de Hielo fueron los primeros en usar un calendario sistemático y marcas para registrar información.

Habiendo demostrado que pueden descifrar el significado de al menos algunos de estos símbolos, tanto Bacon como el equipo que ahora trabaja con él esperan continuar con su trabajo e intentar comprender más símbolos, sus bases cognitivas y qué información valoraban los cazadores-recolectores de la Edad del Hielo.

Ben Bacon, el conservador de muebles oriundo de Londres que develó el misterio
Ben Bacon, el conservador de muebles oriundo de Londres que develó el misterio

“A medida que nos adentramos en su mundo, descubrimos que estos antiguos antepasados son mucho más parecidos a nosotros de lo que pensábamos”, afirmó el conservador de muebles británico. De la misma manera opinó el profesor de la Universidad de Durham e integrante del Departemento de Arqueología.

“Podemos demostrar que estas personas, que dejaron un legado de arte espectacular en las cuevas de por ejemplo Lascaux y Altamira -localizada en Francia-, también dejaron un registro de cronometraje temprano que eventualmente se convertiría en algo común entre nuestra especie”, acotó para finalizar.

Fuente: La Nación