El Louvre enfrenta necesidades de reparación que ascienden a 400 millones de euros (450 millones de dólares) durante los próximos 15 años (Foto: REUTERS/Gonzalo Fuentes)
El Louvre enfrenta necesidades de reparación que ascienden a 400 millones de euros (450 millones de dólares) durante los próximos 15 años, según una carta filtrada de la directora Laurence des Cars publicada por Le Parisien. En este contexto, Francia implementará a partir del 1 de enero de 2026 una tarifa de 30 euros (aproximadamente 35 dólares) para visitantes de fuera de la Unión Europea en museos emblemáticos como el Louvre y el Château de Versailles, un aumento respecto a los 22 euros (25 dólares) actuales, según informó Le Monde.
La nueva política, definida como “tarifa diferencial”, representa un cambio significativo respecto al principio de acceso universal a la cultura que Francia ha defendido históricamente. Le Monde detalló que esta medida se extenderá a otros destinos turísticos destacados, como el Arc de Triomphe, la Conciergerie —ambos gestionados por el Centro de Monumentos Nacionales—, el Château de Chambord en el Valle del Loira y la Opéra Garnier de París. Se prevé que más instituciones adopten este modelo en 2027.
El objetivo principal de este ajuste tarifario es compensar los déficits financieros provocados por recortes presupuestarios en el sector cultural, la disminución de patrocinios empresariales y el aumento de los costos de restauración, según publicó Le Monde. En el caso de Versailles, donde el 42% de los 8 millones de visitantes anuales provienen de fuera de Europa, los administradores consideran estos ingresos como esenciales para la conservación del sitio. Los fondos recaudados podrían destinarse a reparar piscinas agrietadas, restaurar jardines descuidados o solucionar filtraciones en los techos.
Emmanuel Macron en el Chateau de Versailles (Foto: REUTERS/Gonzalo Fuentes/Pool)
En el Château de Chambord, aunque los turistas no europeos representan solo el 10% de las entradas, las autoridades evalúan aumentar el precio de 19 a 29 euros, ya que el castillo requiere 100 millones de euros para renovaciones en la próxima década, incluyendo 25 millones para el ala François I, una suma que no pueden cubrir con los ingresos actuales.
El propio Louvre enfrenta desafíos estructurales graves. Según la carta de Laurence des Cars citada por Le Parisien, gran parte del edificio ya no es hermético y sufre condiciones climáticas irregulares que ponen en riesgo la colección. El presidente Emmanuel Macron ha prometido una restauración integral, aunque fuentes internas consideran improbable que el gobierno asuma la totalidad de los costos. Se espera que la nueva tarifa de 30 euros genere 20 millones de euros anuales para financiar estas obras.
La decisión ha generado críticas dentro del sector museístico. Un curador del Louvre, que prefirió mantener el anonimato, expresó a Le Monde: “¿Puedes imaginar cobrarle más a un iraquí que a un belga por ver el Código de Hammurabi, que proviene de Irak? ¿Cobrar extra a africanos para que puedan contemplar, en el Pavillon des Sessions, objetos que sus países podrían algún día reclamar para su restitución?”.En el Château de Chambord, aunque los turistas no europeos representan solo el 10% de las entradas, las autoridades evalúan aumentar el precio de 19 a 29 euros
El marco legal de la medida limita la aplicación de la tarifa a visitantes de países no pertenecientes a la Unión Europea, ya que las normativas de la Comisión Europea garantizan igualdad de acceso a las instituciones culturales para los ciudadanos de la UE.Los sindicatos franceses también han manifestado su rechazo. Valérie Baud, representante del sindicato CFDT en el Louvre, criticó el momento elegido para el aumento y calificó la medida de “discriminatoria”, argumentando que atenta contra los valores fundamentales del servicio cultural público francés: universalidad, igualdad y apertura.
Quienes respaldan la política señalan que ya existen formas de acceso diferenciado: los estudiantes menores de 26 años de la Unión Europea pueden entrar gratis, mientras que sus pares de fuera de Europa deben abonar la tarifa completa. Un portavoz del Ministerio de Cultura restó importancia a las críticas, declarando a Le Monde que “los turistas que han viajado desde lejos no dudarán en pagar cualquier precio por retroceder en el tiempo con María Antonieta, tomarse una selfie con la Mona Lisa o disfrutar de las vistas panorámicas de París desde el Arc de Triomphe”.
Fuente: Infobae