Una pausa para la foto, en medio de la maratón a contrarreloj: a eso accedieron durante unos segundos artistas como Delia Cancela, Leo Battistelli, Augusto Zanela y Alfredo Dufour, mientras ajustaban detalles del montaje de sus obras en el Centro Costa Salguero. Allí vuelve a sorprender arteba, abierta desde este jueves para invitados especiales y desde el viernes hasta el domingo al público general, con una oferta llena de vida que se renueva con los días.

Varias de las piezas exhibidas por 67 galerías de distintos países fueron realizadas especialmente para presentarse en una de las ferias de más importantes de América Latina, que convoca a decenas de visitantes de peso en la escena global. Entre ellas Geoda, la intervención de Zanella en un amplio espacio presentado por Miranda Bosch, que parece cobrar volumen al mirarla con anteojos 3D. “Seguramente va a ser un selfie point, todo el mundo busca llevarse un recuerdo”, dijo su autor, experto en ilusiones ópticas.

Justo enfrente se despliegan varias de las obras calidad museo que vuelven única la variedad de arteba. Por ejemplo, las pinturas de gran formato de Antonio Berni en el homenaje que le dedica Sur. Se trata de un doble festejo, a cuarenta años de la fundación de la galería uruguaya y 120 del nacimiento del artista rosarino.

En el stand contiguo, Roldán ofrece una de las más caras de la feria: Terraza (1932), de Lino Enea Spilimbergo, por el que piden 450.000 dólares. Contrasta con los colores pop de Nicolás García Uriburu, tan alegres como la mona bailarina de Edgardo Giménez y las placas de acrílico de Rogelio Polesello que exhibe MC cruzando el pasillo. O como los característicos tonos de las pinturas de Julio Le Parc, colgadas en Del Infinito.

Solo hay que dar la vuelta para encontrarse en el stand de Nora Fisch –galería que celebra 15 años- con obras de varios artistas argentinos que participaron con proyectos y exposiciones individuales en instituciones prestigiosas, o que lo harán próximamente. Es el caso por ejemplo de Fernanda Laguna, que protagonizará una muestra en el Malba el año próximo y en el Museo Reina Sofía en 2027; de Alfredo Londaibere, cuyas obras se pueden ver actualmente en Colección Amalita, o de Sofía Böhtlingk, que exhibió otra este verano en el Moderno. El viernes a las 17, en Isla de Ediciones, se presentará el libro que acompañó ese hito junto con otro dedicado a la retrospectiva actual de Dalila Puzzovio.

Cuando abran las puertas algunas de las exhibidas ya tendrán dueño, gracias a la creciente difusión de las propuestas antes de la feria. Es el caso de Tres noches (1986), de Guillermo Kuitca, colgada en Barro. Un año antes el mismo artista, uno de los más consagrados del país, pintó con Alfredo Prior sobre papel El rapto de Europa, exhibida ahora en Vasari. También son imperdibles las pinturas de Rómulo Macciò que presenta la misma galería y La anunciación (1948), de Germaine Derbecq, que integró su primera muestra en Buenos Aires y ahora regresa gracias a Calvaresi.

En Herlitzka & Co. se podrá ver Endemia, la guerra y mil cosas más (2022-2023), obra de Marta Minujín exhibida en el Museo Judío de Nueva York entre 2023 y 2024. También piezas de Alicia Herrero, que acaba de inaugurar una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes; del Colectivo Tsufwelej, que integra una exhibición colectiva de Bienalsur en el Hotel de inmigrantes, y de Candelaria Traverso, que expone una individual en el Macba. En Rubbers también habrá varias de Xul Solar, que comparte hasta el domingo una muestra con Daniel Leber en Malba Puertos, y de Luis Felipe Noé, fallecido este año.

Otros grandes nombres de la escena nacional conviven en Ruth Benzacar, galería que celebra seis décadas: en primer plano se exhiben una escultura de Adrián Villar Rojas, una pintura reciente de Jorge Macchi y otra obra de Liliana Porter, protagonista hasta octubre de una retrospectiva en el Malba. El mismo museo le dedica otra a Carrie Bencardino, que presenta en Piedras tres pinturas realizadas especialmente para la feria.

En el mismo sector, una oferta muy ecléctica reúne obras de Charlie Squirru y Puzzovio, una pareja emblemática del Instituto Di Tella, en Rolf Art; pinturas de Mon Laferte, cantante y compositora chilenomexicana, en Isabel Aninat; esculturas textiles de Jessica Trosman en Tomás Redrado y vírgenes de barro realizadas por Richar de Itatí, en Imaginario. También, retratos de gran formato creados con alambre por Mariano Ullua en Espacio Andreani, empresa que celebra ochenta años.

Igual de amplia es la diversidad de precios. En Hache se pueden conseguir por 500 dólares fotografías intervenidas de Foto Estudio Luisita; un registro de la Avenida 9 de Julio revelado también por las hermanas Luisa y Chela Escarria, por 4000, o un autorretrato de Santiago García Sáenz, que integró en 2021 su muestra en Colección Amalita, por 20.000.

Por otra parte, comprar será más fácil este año gracias al programa Primera Obra Santander, que permitirá pagar en algunas galerías hasta 3000 dólares con tarjeta, en tres cuotas y sin interés.
Para agendar:
arteba en el Centro Costa Salguero (Av. Costanera Rafael Obligado 1221), del 29 al 31 de agosto. Entrada general: $14.000, a la venta en arteba.org. 2×1 Club La Nación, únicamente para compra presencial en boletería. Estudiantes y jubilados: 50% de descuento
Fuente: Celina Chatruc, La Nación.