El museo Victoria & Albert de Londres homenajea una época y una historia de amor, la de la reina Victoria y su primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, con quien se casó en 1840 y tuvo 9 hijos en 20 años y 42 nietos. Él era el amor eterno de la reina y su muerte a causa de la fiebre tifoidea a los 42 años la sumió en duelo y luto para el resto de su vida. El V&A con el tiempo se ha convertido en la vanguardia de una de las ciudades más atrevidas del mundo, siguiendo el espíritu osado de Victoria.
El museo fue el primero en hacer una muestra de moda. También se abrió a otras propuestas culturales como la música, el marketing y la sustentabilidad. Hace muy poco inauguró un edificio dedicado a los niños, un segmento que siempre interesó al espacio de arte, pero que ahora repiensa de una manera exclusiva.
El Young V&A, que fue inaugurado por la princesa de Gales, Kate Middleton, exhibe 2000 objetos de formas nuevas y dinámicas, basándose en la vasta colección de arte, diseño y performance que data de hace 5000 años. “Estamos viviendo un cambio en los museos –relata la londinense Helen Charman, directora del nuevo espacio infantil–. Están volviéndose más centrados en los visitantes, trabajando en una forma de codiseño para garantizar que intereses y deseos de audiencias claves se incluyan desde el principio. Young V&A es el primer museo gratuito de arte y diseño del Reino Unido creado íntegramente con y para jóvenes. Durante los dos años previos a la apertura en 2023, trabajamos con más de 22.000 niños y jóvenes y sus familias para desarrollarlo”.
–Las pantallas captan mucho la atención de los niños hoy. ¿Cómo puede el sector cultural animarlos a acudir a los museos?
–Tomamos la decisión desde el principio de minimizar la presencia de pantallas en las galerías y solo incluirlas cuando fuera necesario para el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, los estudios de caso de arcade en la galería Play exploran el diseño de videojuegos contextualizado por una colección de juegos históricos. Junto a ella hay una mesa de juegos físicos que enseña a los jóvenes los mecanismos de aprendizaje de la creación de juegos. Nuestra instalación interactiva de Minecraft, comienza con una recreación de la plaza de la ciudad de Young V&A, antes de llevar a los visitantes a través de mundos reales e imaginarios creados por jugadores de Minecraft de todo el mundo. Este es un ejemplo clave que muestra que si el contenido es relevante y está cocurado, los jóvenes se interesarán y se unen. A los centrados en la tecnología les encantará la instalación Coolest Projects, de Raspberry Pi, que demuestra el equilibrio entre la vida digital y los objetos del mundo real. Entre ellos, un detector de fugas de gas diseñado por Sashrika Das, de 11 años, y el dispositivo de conflicto entre humanos y elefantes EleVoc 2022, de Chinmayi Ramasubramanian, de 14 años.
–¿Cómo el arte y la creatividad impacta en la salud y en el bienestar de los niños?
–Los museos colaboran con su crecimiento saludable interpelando su curiosidad, ofreciendo emociones positivas, aportando a la formación de la identidad y fomentando las relaciones sociales, todo esto en un espacio físico, social e intelectualmente seguro. Pero, además, en particular intentamos tomar el juego como eje. Lo que les permite a los niños experimentar, elegir caminos y tomar decisiones o aprender a través de experiencias de ensayo y error. Estos focos contribuyen a dos habilidades claves en los más chicos: la resiliencia y la adaptabilidad. Pero, además, propiciamos que nuestros espacios sean para padres e hijos, sitios de cruce de generaciones, donde puedan explorar a veces juntos como un modo de transferir conocimiento, otras solos para incorporar independencia. A la par, una serie de investigaciones sostienen que visitar museos podría traer beneficios para la salud mental, como reducir la ansiedad y la depresión y proporcionar a los niños habilidades de atención plena duraderas.
–¿Cuáles cree que son los atractivos a los que debemos apelar para llamar su atención?
–La generación Alfa, la de los niños nacidos desde 2015, habita en un mundo de rápidos cambios tecnológicos y desafíos ambientales. Las habilidades intrínsecas a la creatividad (resolución de problemas, colaboración, pensamiento centrado en el cuestionamiento y las soluciones) serán vitales en este mundo. Una encuesta reciente de la Generación A realizada por Beano Brain, la consultoría de investigación y conocimientos de Beano Studios, reveló que un sorprendente 44% de los niños, cuando se les preguntó qué significaba para ellos la palabra museo, respondieron algo así como “aburrido”. Es decir, casi uno de cada dos niños nos dice que los museos no son lugares para ellos. Necesitamos repensar la experiencia, crear espacios que inspiren, enciendan y comprometan, que brinden agenda a las voces jóvenes, que les den la bienvenida.
–Lo educativo, ¿es clave para acercar a los niños al arte?
–La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Foro Económico Mundial están cuestionando el papel, el propósito y el modelo de la educación para preparar eficazmente a los jóvenes para un futuro incierto. La educación y las oportunidades se verán impactadas dramáticamente por el cambio climático y las limitaciones de recursos planetarios; cambios sociodemográficos; las arenas movedizas de la geopolítica con su concomitante rediseño de fronteras y libertades; y un cambio continuo en las economías desde la manufactura hacia los servicios y la información, con una demanda resultante de educación que enseñe nuevas habilidades y aptitudes relevantes para el lugar de trabajo. Y quizás el mayor desafío es el mundo digital con sus avances tecnológicos que liberan y amenazan las libertades y causan profundos dilemas éticos y morales. En este contexto, se están repensando algunas áreas claves de la práctica museística, de modo que el aprendizaje a través de la cultura material mantenga su relevancia y propósito y los museos sigan siendo lugares para conectarse auténticamente con uno mismo, con los demás y con el mundo en general; y con el pasado, el presente y los futuros posibles.
–El V&A es un museo con mucha personalidad. ¿Cómo cree que su versión Young marcará la vanguardia entre el público joven?
–Intentamos ser un llamado de atención sobre la importancia vital de la creatividad en sus vidas. Una combinación entre alegría y cuidado, cada detalle en Young V&A es una oportunidad para hacer algo alegre. Hay cuidado, ingenio y amor grabados en cada faceta de este museo, que es visible a través de nuestros letreros de neón fluorescentes para el acceso, el hueco del ascensor adornado con arte callejero y nuestra escalera “Caleidoscopio”; codiseñados por jóvenes inspirados en juguetes ópticos de la colección del museo. Las respuestas de los niños hasta ahora incluyen “increíble”, “genial” y “quiero quedarme aquí por el resto de mi vida”, lo que sugiere que hemos creado un museo que los niños quieren y, con suerte, contribuye a la conversación sobre para qué puede servir un museo.
–Jugar, imaginar y diseñar son algunas de las palabras claves que han marcado este nuevo espacio. ¿Por qué son acciones esenciales para los más chicos?
–Porque el secreto es sorprender, apelar a ideas muy ingeniosas que se conviertan en una invitación a participar, pero también recurrir a opciones interactivas para exhibir el contenido y la selección. Por ejemplo, nuestro Mini Museo, un espacio para menores de dos años, es un entorno sensorial hermoso y lleno de luz, los objetos se muestran a la altura de los niños pequeños. Hay muchas oportunidades para ellos que están aprendiendo a levantarse, a mirar por encima, a gatear. Hemos apostado al sonido, al color y a la textura. Hay objetos con los colores del arcoíris. Hay un árbol con un gabinete que emite sonidos que se relacionan con objetos de las obras de arte. El paisaje refleja a los objetos: una escultura de mármol está en un paisaje de mármol, y el niño puede mirar, sentir y hacer esa conexión. Está respaldado por el aprendizaje en el desarrollo infantil en torno del juego: experimental, sensorial, receptivo, relevante. Es un lugar que realmente se adapta al niño en sus términos. Creo que son ideas sencillas que podríamos aplicar en casa.
Fuente: Flavia Tomaello, La Nación