El fado y el tango vuelven a encontrarse en una nueva edición del festival porteño

Las agrupaciones y solistas locales son parte de la cuarta edición que ofrece tres jornadas de recitales con entrada libre en dos diferentes salas porteñas, hasta este sábado 2 de noviembre.

Este evento resalta el fuerte vínculo entre ambos géneros que también se aprecia en la escena argentina.

Integrantes de los grupos Fadeiros y Almalusa y las intérpretes Mariana Accinelli y Karina Beorlegui dialogaron con Télam acerca de la presencia del género musical de raíz portuguesa en el festival y dentro de la música local.

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Tras sus ediciones de 2012, 2014 y 2017 la apuesta del espacio organizado por Beorlegui es Declarada de Interés Cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y cuenta con el apoyo de Mecenazgo porteño.

La grilla comenzará el jueves 31 en Teatro Monteviejo (Lavalle 3177) con las presencias de Mariana Accinelli junto a Diego Capa; Leandro Cacioni-Laura Canteros; Almalusa y las participaciones de Lidia Borda-Daniel Godfrid y la danza de Soledad Rivero y Daro Farías.

El viernes 1 en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772) se presentarán Fadeiros y la dupla de voz y piano conformada por Hernán «Cucuza» Castiello y Noelia Sinkunas.

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Una noche después, también en el CAFF, actuarán Walter «Chino» Laborde-Federico Mizrahi; Karina Beorlegui y el reconocido cantante portugués Zé Perdigão acompañado por Nacho Cabello en guitarra criolla y portuguesa y Pablo Bronzini en piano.

Télam ¿Qué significa ser parte de este 4to. Festival Porteño de Fado y Tango?

Almalusa (Dulio Moreno y Laura Rojas): Para nosotros es muy importante ya que nos hace sentir parte de la escena de estos géneros musicales.

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Fadeiros: Significa estar absolutamente presentes con nuestra propuesta de homenajear al fado, que tocamos hace 12 años, desde la Argentina.

Mariana Accinelli: Ser parte es muy importante ya que la existencia de estos espacios de encuentro entre artistas favorece la difusión de la música que se está produciendo acá y en particular del fado, que obviamente tiene mucha menos popularidad en Buenos Aires que el tango.

Karina Beorlegui: Como artista y como gestora cultural es emocionante poder llegar a la cuarta edición de un festival que tiene el perfil de incentivar a los artistas emergentes de ambos géneros.

T ¿Por qué tocan fado?

Almalusa: Al ser descendientes de portugueses, su música ha sido parte de la banda sonora de nuestras vidas. Ambos amamos la música en si y concretar un proyecto musical con este género en particular era para nosotros un desafío.

Fadeiros: Nos pusimos a hacer fado y de pronto nos encontramos con melodías que habíamos escuchado en nuestra infancia, eran parte de nuestra cultura y no lo sabíamos. Eran canciones, melodías que habíamos escuchado siempre y resulta que eran la música de Portugal. Y entonces… ahí está esta cosa fantástica de ¿Quién es dueño de ese territorio que puede ser la música portuguesa, la música argentina?.

Mariana Accinelli: La decisión de tocar fado surgió luego de un viaje que hice a Lisboa hace 19 años. Descubrí esta música caminando por las calles de Alfama, un barrio tradicional de la ciudad. Una señora cantaba un fado detrás de una ventana entreabierta, me conmovió muchísimo lo que oí. Luego, en Buenos Aires, conseguí algunos discos -pocos- los que llegaban en ese momento en el que no existían Spotify ni Youtube. Empecé a estudiar el idioma y a cantar fados mientras me formaba como cantante en la Escuela de Música del SADEM.

Karina Beorlegui: Escuché fado en 1999 (cuando actuaba y cantaba junto a Los Macocos en el Teatro San Martin), de la mano de Misia. Quedé hipnotizada por esa música tan nostálgica y comencé a incorporarla inmediatamente en mis shows. Luego investigué y llegué inevitablemente a Amalia Rodrigues, quien es mi referente junto con Carlos Gardel. Mágicamente me llegaron unas grabaciones del Zorzal cantando, por ejemplo, “Caprichosa” que desde 2003, al salir mi primer disco, quedó como mi caballito de batalla, porque es pegadiza y sintetiza esta comunión entre ambos géneros. Más tarde. hace poco, me enteré que Amalia era fan de Gardel. Parece que no era tan “Caprichosa” mi intuición.

T: ¿De qué manera conecta el fado con nuestra escena musical?

Almalusa: Hay inmensas similitudes con el tango. Si bien los orígenes son diferentes, las temáticas y el hecho de que ambas sean canciones portuarias y, fundamentalmente, urbanas son motivos de unión. Por eso la conexión es realmente muy buena y le permite al fado poder hacerse un lugar en nuestro panorama musical.

Fadeiros: La música muy precisamente nuestra -que podría ser el bellísimo tango- a veces te conecta con tanta puntualidad y precisión, con una calle, un arbolito, con un espacio/tiempo determinado que no te deja evocar libremente. Y algo más lejano, más vago: una mesa con una copa a medio tomar te permite poner tus propios sentimientos con más libertad. Eso es lo que nos pasa con los fados que nos conectan directamente con la emoción.

Mariana Accinelli: Nosotros tocamos ambas músicas. Creemos que tienen mucho en común ya que surgen de la cultura de la clase trabajadora, en ciudades portuarias, entre mitades y fines del siglo XIX, en una época de migraciones. Están empapadas de una atmósfera nostálgica, emotiva, sensible, de encuentros y desencuentros amorosos. Hay un dramatismo, una hondura de sentimientos en ambos géneros que los hace muy cercanos, conmovedores también por su poesía y pienso que desde allí me convocan a cantarlos.