Escuchá completo «Hackney Diamonds», el nuevo álbum de Los Rolling Stones

Los Rolling Stones se tomaron dos décadas para sacar una docena de canciones nuevas. Paul McCartney, Elton John, Lady Gaga y Stevie Wonder son algunos de los intérpretes que prestan tanto su voz como sus talentos instrumentales para dar vida a las 12 pistas que conforman al álbum.

La vitalidad y vigencia que Los Rolling Stones, la banda más longeva del planeta, viene demostrando desde hace varios años que el vivo se trasladó ahora a una nueva producción discográfica, la primera con canciones originales desde «A Bigger Bang», de 2005, con el lanzamiento mundial de «Hackeny Diamonds», su flamante álbum disponible desde la medianoche de este viernes en plataformas digitales.

A lo largo de doce canciones, el ahora trío conformado por Mick Jagger, Keith Richards y Ron Wood asombra por su frescura, su intacto pulso rockero y su recorrida por todos los componentes musicales que forjaron el carácter de la banda a través de sus más de 60 años de historia.

Resulta excitante comprobar cómo se mantiene intacto el brillante diálogo entre la expresiva voz de Jagger y los imprescindibles riff de guitarras de Richards; del mismo modo que los remolinos instrumentales que producen los cruces de las seis cuerdas de este último con Ron Wood.

La placa cuenta con invitados con peso propio, como el caso de Paul McCartney, en su primera colaboración instrumental formal con los Stones a pesar de años de estrecha relación -solo había participado en los coros de «We Love You» en los ´60-; los pianos de Elton John y Stevie Wonder; y Lady Gaga.

Lo curioso es que todos estos artistas se pusieron al servicio de la causa y eligieron pasar desapercibidos en pos de sumar un valioso aporte al vendaval sonoro generado por la legendaria banda y mimetizarse con el estilo que marcó a lo largo de su existencia.

Y como si todo esto fuera poco, hay dos cortes en los que aparece el entrañable Charlie Watts, en los últimos registros que realizó junto a la banda, antes de su fallecimiento en 2021; y en uno de ellos se suma también Bill Wyman, bajista original que se bajó del barco en 1993, por lo que por un instante cobra cuerpo el viejo espíritu del grupo, cuando aún funcionaba como quinteto.

En este punto, cabe recordar que esta producción es la primera desde la muerte del baterista, y su lugar es ocupado por Steve Jordan, un experimentado músico que fue parte de X-Pensive Winos, el grupo que acompañó a Keith Richards en sus aventuras solistas.

Jordan cuenta con un golpe de tambor menos sutil y más agresivo que el de Watts, pero aunque se nota la diferencia, tiene la virtud de no alterar el semblante sonoro tradicional de la banda en este trabajo.

La realidad es que «Hackney Diamonds» exuda rock stone de pura cepa, con guiños al delta blues, el rock sureño, al funk, el honky tonk y hasta el gospel, lo que permite linkear a cada una de sus canciones con otros clásicos de la banda, pero todo ello desde una lectura anclada en el siglo XXI, gracias al rejuvenecimiento sonoro logrado por el productor Andrew Watt, quien acumula en su currículum nombres fuertes del pop moderno, como Dua Lipa y Justin Bieber.

Todo un acierto además que los dos temas que Los Rolling Stones anticipó antes del lanzamiento del disco hayan sido «Angry» y «Sweet Sounds of Heaven», el primero por su potencial para convertirse en un nuevo clásico de la banda a raíz de la síntesis lograda de elementos musicales que definen al grupo; y el segundo por su ambiciosa y fantástica confección, lo cual lo erige en uno de los mejores cortes del álbum.

Hacía años que ellos mismos venían anunciando nuevo disco, pero la falta de motivación e inspiración provocó no pocos intentos abortados. Hasta ahora. ¿Mereció la pena? Esto es «Hackney Diamonds» canción a canción:

1. «Angry»

Como no podía ser de otra manera, «Hackney Diamonds» abre con «Angry», un track que por sus características y su pulso podría posicionarse como un nuevo «Start Me Up»: El conteo de cuatro de Jagger en su inicio da la sensación de banda tocando un vivo en el estudio da paso a la suerte de pregunta-respuesta que configuran la voz del cantante y el riff de Richards. Los fraseos y el solo de Wood completan la química perfecta y, si bien el estribillo no resulta tan pegadizo y presenta uno de los puntos flojos de la canción, se redime en la coda final.

Fue el primer single de adelanto y más de uno se quedó de piedra. ¡Qué canción! Si alguien quiere conocer cuál es el secreto del «sonido Stones», basta con saborear este tema. Un riff portentoso, una batería inclemente y la voz de Mick Jagger. Un clásico instantáneo a la altura de –oh, blasfemia– «Brown Sugar», «It’s only rock and roll» o «Start me up». Si buscaban un nuevo «llenaestadios», ya lo tienen.

2. «Get close» Feat. Elton John

«Get Close», es un medio tiempo en el que nuevamente Richards despliega su capacidad para generar riff que dan sustento a la parte principal de la canción; Jagger desgrana su agresiva dulzura, la cual tiene su correlato musical en la sucesión de un solo de saxo en el medio y el cruce de filosas guitarras. A ellos se suma Elton John en su primera intervención del disco con un piano al estilo honky tonk que amplía la paleta sonora.

De nuevo vuelven las guitarras y esos gloriosos riffs que tanto han dado al rock and roll junto al piano virtuoso de Elton John. El alto volumen de las hachas es absolutamente llamativo. Sí, han querido sonar especialmente fuertes, gracias a Dios. Un medio tiempo de esos que bordan y unos coros fantásticos de Keith Richards, como siempre ha acostumbrado. Y ese sonido de saxofón que también es marca de la casa.

3. «Depending on you»

«Depending On You» mantiene ese medio tono, aunque con un toque country dado por el uso de una steel guitar, y aunque podría haber sido una balada destinada a quedar perdida en el álbum, la dramática interpretación de Jagger eleva su rango y justifica su inclusión.

Los Rolling Stones más relajados. Fácilmente se presume que es una composición de Richards por esa forma de tocar la guitarra acústica. También está ese brillante órgano de Chuck Leavell y la slide de Ron Wood. Una balada en absoluto cursi, entre otras cosas porque Jagger se aleja de amaneramientos y consigue mantener la tensión hasta el final con arreglos de cuerda incluidos. Otra canción de altura.

4. «Bite my head off» Feat. Paul Mc Cartney

«Bite My Head Off» es una de las grandes joyas del disco por el excitante rock que presenta, en un estilo casi punk que pareciera mostrar que la distancia entre los Stones y los Sex Pistols no está muy alejada; y por la participación de Paul McCartney, quien se sube al sonido sucio que propone el corte, con un bajo distorsionado con fuzz. En un tema abordado en un plan salvaje que podría remitir a la etapa de «Exile On Main Street», la gran frutilla del postre la pone Ron Wood con un vibrante solo sobre el final.

«Morderme la cabeza» de The Rolling Stones con la participación de Paul McCartney es una canción que explora temas de frustración, dinámicas de poder y rebelión dentro de una relación. Las letras expresan confusión e irritación ante el comportamiento agresivo y confrontacional de la otra persona involucrada.

En los versos, el cantante cuestiona repetidamente por qué la otra persona «muerde su cabeza» y se pone tan enojada. Parece que el cantante se encuentra con una agresión innecesaria y ataques verbales, lo que lleva a sentirse irrespetado y malentendido. Las letras transmiten una sensación de frustración y exasperación, con el cantante preguntándose por qué está siendo tratado de manera tan hostil.

El estribillo adopta un tono metafórico, comparando al cantante con un perro. Sugiere que si fueran un perro, serían maltratados, golpeados y confinados. Sin embargo, el cantante afirma su independencia y se niega a ser controlado. Enfatizan que no están «atados con una correa» o «encadenados», desafiando las suposiciones de dominio de la otra persona. Las letras implican que la otra persona puede estar tratando de ejercer control o manipular al cantante, pero este se resiste y reclama su propia agencia sobre sus acciones.

Se luce McCartney, en su primera colaboración instrumental formal con los Stones a pesar de años de estrecha relación, solo había participado en los coros de «We Love You» en los ´60.

Un, dos tres… ¡y rock and roll! Otra canción de corte genuino con un riff que empasta con la melodía vocal. De nuevo con las guitarras a todo volumen. Y de pronto llega Jagger y nos dice: «Sí, si fuera un perro, sí, me patearías / Pasaría la noche aullando por tu casa / Pero no estoy atado, sí, bueno, no estoy atado / Crees que soy tu perra, estoy jodiendo tu cerebro». Efectivamente, más Stone que los Stones.

5. «Whole wide world»

La primera mitad del disco se completa con «Whole Wide World» una canción más cercana al cancionero pop a la que la presencia de guitarras filosas y el marcado riff de Richards liberan del tono melancólico a su pegadizo estribillo; y con «Dreamy Skies», corte que coquetea con el delta blues y el rock sureño desde el uso nuevamente del steel guitar.

Otra canción que empieza a todo trapo y con la voz distorsionada de Jagger. Tampoco parece el mejor comienzo… hasta que llega el estribillo. Es entonces cuando todo tiene su explicación y se vuelve brillante con ese acercamiento pop en el que se vuelve a demostrar que son maestros cuando encuentran melodías inspiradas. La guitarra de Wood también es de nivel.

6. «Dreamy skies»

El tema country de los Rolling Stones por cortesía, cómo no, de Keith Richards. Él comienza con su guitarra y su voz, más el slide de Wood. Sin embargo, hay sorpresa: el guitarrista se alterna con Jagger a la voz, magnífica, como si quisieran demostrar que su espíritu de colaboración reverdece ahora viejos laureles. Y para que no falte otro guiño clásico, armónica de Jagger. Excelente.

7. «Mess it up» Feat. Charlie Watts

Tras un breve instante de relajación, vuelven los Stones de (casi) toda la vida con una canción que, atención, remite a los tiempos de «Some Girls». Y eso son palabras mayores. Es fácil saber que el estribillo es obra de Jagger por esa forma tan juguetona de hacer falsetes que tanto le caracteriza. Además, a mitad de canción aparece un riff de lo más funky que aporta ese gamberrismo tan característico de la banda.

«Mess It Up» y «Live By The Sword» pueden hacer oscilar a los fans entre la excitación y las lágrimas por la presencia de Charlie Watts, cuyo inconfundible toque hace recordar cuánto se lo extraña. Para colmo, el segundo de estos cortes incluye también a Bill Wyman, lo que permite un reencuentro con el quinteto que transito la reinvención del grupo en la segunda mitad de los ´70 y los primeros años de los ´80, y capeó el temporal durante el resto de esa década hasta su resurrección definitiva.

Pero por sobre todas las cosas, se trata de dos temas fabulosos. «Mess It Up» parece una canción sobreviviente de finales de los ´70, como una suerte de extensión de «Miss You», por el ambiente sonoro disco que recrea, el repique de guitarras funky en el puente y el final, y su estribillo que vuelve irresistibles a las ganas de bailar.

8. «Live by the sword» Feat. Charlie Watts

«Live By The Sword», con los cinco históricos, traza un puente imaginario con «It´s Only Rock and Roll», y, como si todo eso fuera poco, cuenta otra vez con un maravilloso piano rockero de Elton John, que se mueve de manera saltarina. El final resulta épico, con Jagger rugiendo la letra mientras la banda crea un exultante remolino sonoro.

Es tremendo que a estas alturas Jagger mantenga todavía esos registros vocales. El hombre es una maravilla de la naturaleza. Lo que podría ser una canción insustancial en boca de otra gente, el hombre lo transforma en una cosa mayor de lo que realmente es: una composición algo discreta pero tan bien ejecutada que encaja en el disco. De nuevo Wood está estupendo a la guitarra.

9. «Driving me too hard»

«Driving Me Too Hard» es otra canción medio tiempo en la que las guitarras rompen con la dulzura y le dan un vigor particular, y a la vez opera como respiro para las emociones que el disco guarda en su tramo final.

Los Stones se relajan un poco para entregar una de esas piezas que suelen pasar inadvertidas entre tanta exuberancia interpretativa pero que el tiempo transforma en gemita oculta. La batería suena gloriosa y las guitarras empastan a la perfección con otro derroche vocal de Jagger. Y de nuevo: los Stones dan en el clavo cuando se ponen sentimentales sin traspasar la línea de lo empalagoso y superficial. Fantásticos los coros y el Hammond de Leavell.

10. «Tell me straight»

«Tell Me Straight», el aporte de Keith Richards, quien se pone sombrío y hace gala de una dulce melancolía en la voz, en un corte que no desencajaría en ninguno de las canciones más reposadas que podría mostrar cualquier banda grunge de los ´90.

Nuevo espacio para una balada de Richards con un riff y acordes más curiosos que buenos. Jagger hace los coros y la batería suena muy bien, pero el tema es, sin duda, el más prescindible de todo el álbum, aunque es posible que entre en los directos para que Richards se divierta un poco.

11. «Sweet sound of heaven» Feat. Lady gaga & Stevie Wonder

«Sweet Sounds of Heaven», con grandes intervenciones de Stevie Wonder y Lady Gaga, es uno de los puntos más altos del disco. Una canción extensa, con un piano devocional y voces en plan gospel que van ganando intensidad y dramatismo a medida que avanza. Su inicio linkea con «You Can´t Always Get What You Want» y, al igual que ella, va in crescendo para alcanzar un inigualable grado de emoción.

Segundo single de adelanto con Lady Gaga como invitada especial. La elección es excelente porque todo el mundo sabe lo bien que quedan este tipo de voces con la de Jagger. Una balada soul que remite a cosas como «I got the blues» y material de «Exile St»… Es decir, una canción de altura refrendada por unos extraordinarios arreglos de viento en la parte final de la ejecución y los teclados fantásticos de Stevie Wonder.

12. «Rolling Stone Blue»

Para el cierre, los Stones eligieron regresar al punto donde todo comenzó, en aquel fortuito encuentro de 1961 en una estación de tren entre Jagger y Richards, cuando se produjo el flechazo musical por el mutuo amor al blues.

Así recrean «Rolling Stone Blues», el tema de Muddy Waters de donde extrajeron el nombre para la banda. Allí, el dúo creativo se queda a solas para que sobre la base de la arrastrada guitarra acústica de Richards, Jagger recuerde que es un gran cantante de blues y un destacado armonicista.

La banda acaba el disco (¿el último de su carrera?) con una canción del mismo título que la banda y con una interpretación en la que todo vuelve a la base. Es un blues puro sin artificios. Solo guitarra acústica, con un gran Richards, la voz de Jagger emulando a Muddy Waters y armónica. El broche perfecto.

En definitiva, «Hackney Diamonds» desmiente que Los Rolling Stones es un grupo de octagenarios al que solo le queda reciclar en vivo viejas glorias, al posicionarse como acaso uno de los mejores discos de rock de los últimos años. Ningún amante del género debería perder tiempo y ponerse ya a disfrutarlo.

¿Por qué el nuevo disco de The Rolling Stones se llama ‘Hackney Diamonds’?

La misma banda desvela cuál es la respuesta mientras anuncian la salida del redondo

The Rolling Stones han explicado el motivo por el que su nuevo y esperado disco se titula ‘Hackney Diamonds‘.

El presentador Jimmy Fallon le preguntó a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood por el motivo de que ‘Hackney Diamonds’ se titule así.

Richards fue el primero en responder diciendo: «Se llamó ‘Hackney Diamonds’ porque estábamos barajando ideas para los títulos, y pasamos de ‘Hit And Run’ a ‘Smash And Grab’. Y de alguna manera, entre todo eso, se nos ocurrió ‘Hackney Diamonds’, que es como una variación de ambos».

¿Por qué el nuevo disco de The Rolling Stones se llama 'Hackney Diamonds'?

«Además, es una banda londinense«, añadió.

Fallon continuó preguntándole a la banda si el título es “algún tipo de argot”, a lo que Jagger respondió: “Sí, es como cuando te rompen el parabrisas un sábado por la noche en Hackney, y todos los trozos van a parar a la calle… eso son los ‘Hackney Diamonds‘».

Hackney es un municipio londinense (The London Borough of Hackney) en el nordeste de Londres.1 A diferencia de otros municipios ingleses, su ayuntamiento es dirigido por un alcalde elegido mediante sufragio directo.

Hackney limita con Islington al oeste, Haringey al norte, Waltham Forest al nordeste, Tower Hamlets al sudeste y la City de Londres al sudoeste. Gran parte de Hackney mantiene su carácter de ciudad interior y en lugares como Dalston grandes casas de protección oficial se codean con comunidades privadas. En South Hackney, cerca de Victoria Park, hay hileras de casas victorianas y eduardianas.

Situado en el este de la ciudad, este barrio es un hervidero de restaurantes, cafés y tiendas con credenciales sostenibles. Base para muchos artistas, diseñadores y creativos en general, la inevitable gentrificación que se ha dado en la última década también ha traído cambios positivos, y ahora es más fácil que nunca vivir la vida sostenible soñada sin salir del barrio.

La panadería E5 Bakehouse es el mejor lugar para empezar el día con buenas vibraciones. Desde una tostada con mermelada y mantequilla hasta un bollito de bacon y huevo, el pan de masa madre y los dulces que hacen está elaborado con harinas británicas que muelen in situ

El corazón histórico y administrativo de Hackney es la zona que aproximadamente se extiende al norte de Mare Street y rodea la Iglesia de St John-at-Hackney; conocido como Hackney Central. Al norte del municipio están Upper Clapton y Lower ClaptonStamford Hill y Stoke Newington. Al este se encuentra un amplio espacio abierto, Hackney Marshes y los distritos de Hackney Wick y Homerton. Las industrias ligeras en torno al río Lea emplean a más de tres mil personas y parte fue también utilizado para los Juegos Olímpicos de 2012.

Hay mil trescientos edificios protegidos en Hackney, incluyendo el ícónico Hackney Empire (Grado II*), Tudor Sutton House, y el medieval (Grado I) torre de San Agustín. El municipio contiene 25 áreas de conservación, incluyendo Clapton Square, y espacios verdes, como Clapton Common y Clissold Park. Las áreas de conservación también protegen grandes zonas de casas georgianas y victorianas, y zonas de patrimonio industrial.2

Charlie Watts, en el nuevo disco

Durante la charla, Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood, hablaron también de cómo ha cambiado la banda desde la muerte de Charlie Watts en 2021:

«Desde que Charlie se fue es diferente, por supuesto. Quiero decir, él es el número cuatro. Su mujer está ahí arriba… Por supuesto que se le echa de menos. Increíblemente», dijo Richards, hablando del cambio en la dinámica desde que Watts murió. «Pero gracias a Charlie Watts también tenemos a Steve Jordan, que fue la recomendación de Charlie por si le pasaba algo. Nos dijo: ‘Steve Jordan es vuestro hombre’».

«Watts le eligió hace mucho, mucho tiempo, y además ha sido amigo nuestro. He trabajado con Steve, así que fue una especie de progresión natural«, continuó. «Habría sido mucho más difícil sin la bendición de Charlie al respecto, ¿sabes?».

Sea como fuere, Mick Jagger también desveló que, aunque la mayor parte del disco se grabó a finales de 2022, dos de las canciones son de 2019 e incluyen al difunto batería.

«Hay 12 temas en el álbum y la mayoría son de Steve, pero dos son temas que grabamos en 2019 con Charlie. Y así usamos dos de las pistas que grabamos antes con Charlie”, afirmó.

Wood, por su parte, confirmó que las dos canciones con Charlie Watts a la batería aparecen a mitad del disco y se llaman “Live By The Sword” y “Mess It Up”.

Otro de los Rolling Stones que vuelve es Bill Wyman, que toca el bajo en una de las canciones del redondo. Esto significa que el track “tiene la sección rítmica original de la banda”.