“Con Bhavi nos conocimos en un festival, creo que un Lollapalooza, en Buenos Aires. Me lo presentó Rafa Arcaute [quien co-produce la canción, junto a Nico Cotton] y mucho antes de colaborar tuvimos un diálogo largo como amigos. Esto realmente comenzó por las mejores razones: afinidad humana, curiosidad artística recíproca y cariño también mutuo”, dice Jorge Drexler desde Madrid.
Esa fue la génesis de “Me desperté”, el (acaso) inesperado feat. que forma parte de Bhavilonia, el nuevo álbum del artista nacido en Bélgica y criado en la Argentina, que incluye también colaboraciones con Trueno y Nicky Nicole, entre otros, y que tendrá su pre-escucha en el teatro Vorterix el viernes 7 de marzo. Entradas, acá.
“Bhavi me lo propuso”, aclara Jorge. “Me mandó varias ideas y esta me atrajo enseguida, pero le dije ‘todo el mundo me invita a colaborar en LA Bossa-nova de su disco. A mí me atrae la idea si puedo escribir mi parte de rap e intentar aprender a cantar en ese flow’. Y así fue. Siento que aprendí mucho de él y también él de mí. Fue realmente nutritivo artísticamente para los dos. En broma nos llamamos ‘sensei’ uno al otro en nuestro mensajes de audio”.
La composición fue compartida: “Él me mandó su parte entera incluida los estribillos, que son suyos. Yo le propuse regrabar las guitarras y agregarles unas nuevas en pizzicatto. Escribí mi parte de rap y lo canté al principio sin encontrar la manera. Le pedí que me lo cantara él para ver qué hacía mal yo y así, guiado por él, aprendí ese tipo de flow. Recuerdo salir muy entusiasmado de esa sesión, con la sensación que encontraba un filón nuevo para mí”, aclara. Y agrega: “Solo como detalle: mi autotune lo puse yo, junto con Lucas que me grabó acá en Madrid. Hicimos la grabación a distancia, yo en mi estudio de Chueca y Bhavi en Buenos Aires”.
Montada sobre un aire de bossa, “Me desperté” es una canción irresistible, muy candorosa, casi adolescente. “El amor en su etapa inicial tiene una inocencia esperanzada que con el tiempo se va transformando con suerte en un vitalismo tipo ‘Carpe Diem’ con un fondo de dulce escepticismo. Por eso esta es una canción que yo no podría haber escrito solo”, dice Jorge al respecto.
Drexler se muestra agradecido por la experiencia. Dice que aprendió mucho durante la grabación y que Bhavi fue el director de su flow: “Aprendí que ese estilo de rap tiene más componente melódico, tonal, de lo que yo creía. Yo pensaba que derivaba solamente de las inflexiones del habla, pero no es así. Requiere poner tono además de ritmo. No sé si se entiende: es una melodía. Y aprendí que cantar con autotune no está al alcance de todo el mundo: hay que aprender a hacerlo. Se canta ‘para’ el autotune. Igual que se canta para un reverb o para un compresor. No es un efecto tan interesante cuando se agrega después, en mi opinión. Hay que aprender a diseñar melodías y timbres específicos para el efecto. Es un plugin muy interesante. Una herramienta que requiere trabajo para aprender a sacarle partido”.
En la letra, Drexler incluye una mención a “Jacinta”, el clásico que su compatriota, el legendario Eduardo Mateo (1940-1990) grabó en el indispensable Mateo solo bien se lame (1972). “La rima ‘eo’ trajo a Mateo”, explica Jorge. “Y es quizás mi barra favorita de mi parte. Mi personaje entra en la canción con su edad, su estilo y sus referencias. Espero que se note que no intento ser nada que yo mismo no sea. Por el contrario: se trata de profundizar tu identidad ampliándola. Parece una paradoja y puede serlo, porque el concepto de identidad es una de las cosas más paradojales que existen”.
Drexler explica que su hijo Pablo, conocido artísticamente como pabloplablo, le dio un consejo fundamental: que la canción sea un trap sin beat. “Con Pablo nos mostramos todo lo que cada uno hace, apenas lo hacemos. Tengo esa relación de escucha con mis tres hijos. Lo que me dicen me lo tomo muy en serio y los tres saben muchísimo de música. Pablo, además, se dedica profesionalmente a la música [colaboró, entre otros, con C Tangana], y tiene un nivel de dominio e información que unido a un talento natural lo vuelven el mejor consejero. Quitar la base típica de los hi-hats ortodoxos del trap, fue una idea de Pablo que Bhavi y yo amamos. Pasamos la responsabilidad del flow al lugar del que proviene: la voz”.
Desde hace años que Drexler sale de lo que podría entenderse la “zona de confort” de un cantautor. Quizás desde que grabó el fundamental Frontera (1999), incorporando dinámicas de la música electrónica y de edición, producido por Juan Campodónico y Carlos Casacuberta. O cuando en 2014 decidió grabar Bailar en la cueva, en Colombia, con la asesoría de Mario Galeano Toro, de Los Pirañas, Ondatrópica y el Frente Cumbiero. O cuando colaboró con C Tangana en El Madrileño (2021). Pero, además, mientras muchos (artistas y no) de su generación miran al reggaeton con desconfianza (o lo critican abiertamente), él elige reivindicar ese género. ¿Una estrategia para llegar a un público más joven? “Mi móvil principal es mi desarrollo como ser humano y como artista. Siempre lo fue, sinceramente”, confiesa. “No menosprecio los lados logísticos, mediáticos y estratégicos de esta profesión, pero ni están en los primeros lugares de mi lista, ni siento que yo sepa mucho de eso, por lo que evito tenerlos como prioridad. Dicho de otra manera: si algo me gusta o me enseña, no hay fuerza estratégica que me impida hacerlo. Por el contrario: si algo no me enseña nada o no termina de gustarme, no hay fuerza estratégica que me haga hacerlo”.
Fuente: Rolling Stone