Murió el crítico musical y exDirector del Teatro Colón Juan Carlos Montero

Tenía 85 años; fue además director de Bibliotecas Municipales, conductor del ciclo Aproximación a la ópera y de Radio Nacional Clásica.

Crítico de música lírica de larga trayectoria, Juan Carlos Montero supo transitar desde joven los pasillos del Teatro Colón acompañando a su padre, el arquitecto Juan Pedro Montero, histórico director general de nuestro primer coliseo desde 1958 hasta 1967, cuando fuera despedido por no avalar la censura que la dictadura de Juan Carlos Onganía ejerció sobre la ópera Bomarzo, de Alberto Ginastera y Manuel Mujica Láinez. Montero hijo ocuparía el sitial de su padre en el Colón, primero como director artístico entre 1987 y 1989, y luego como director general desde diciembre de 1999, con su designación a manos del por el entonces jefe de gobierno porteño Enrique Olivera. Fue tan sólo una de las actividades en las cuales destacó su amor por la música clásica, que lo acompañó sin claudicaciones hasta su fallecimiento acaecido esta madrugada, ante el progresivo deterioro de su salud, según confirmó a este diario su hijo Pablo.

Juan Carlos Montero había nacido el 28 de agosto de 1938 y cursó estudios en la vieja sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde se recibió de bibliotecario. Esta especialización le permitió también ser director de Bibliotecas Municipales y director de la biblioteca de la Facultad de Derecho de la UBA; sus estudios musicales con Adolfo Brandl, Fedora Aberatury y Roberto Caamaño, añadiendo los de dirección orquestal con Teodoro Fuchs y Juan José Castro, le permitieron además abrazar la pasión por un modo de entender el panorama de la lírica que terminaría acompañando a toda la saga familiar.

Juan Carlos Montero fue director artístico y luego director general del Teatro Colón
Juan Carlos Montero fue director artístico y luego director general del Teatro ColónGentileza

Su llegada al Colón en 1999 no fue fácil: tuvo que afrontar un paro que significó la cancelación del primer concierto de la temporada a cargo de Bruno Gelber. En ese entonces, y preocupado en una programación de excelencia, designó al compositor Gerardo Gandini como director de la Filarmónica además del Centro de Experimentación. Debió sortear la crisis económica que anunciaba 2001 pero incluyó Sonatas e Interludios de John Cage, los Estudios para piano, de György Ligeti; Mahagonny Songspiel, de Kurt Weill y Bertolt Brecht; La zorrita astuta, de Janacek; Juana de Arco en la hoguera, de Honegger, y Tristán e Isolda, de Wagner; Mozarteum aportó a Daniel Barenboim y la Wagneriana a Claudio Abbado, quienes se presentaron en la sala principal. Montero anunció las actuaciones del gran director Franz-Paul Decker, del pianista Jean-Yves Thibaudet, de la violinista Chantal Julliet, del cellista Mischa Maisky, del pianista Nelson Goerner y de voces como Krasimira Stoyanova, Galina Gorchakova, Gegam Grigorian, Gregory Kunde, David Pittsinger, Eva Jenis, Susan Bullock y Marcus Haddock, entre otros.

La radiofonía le debe a Montero los 45 años del ciclo Aproximación a la ópera, que se mantuvo tres décadas en el aire de Radio Nacional Clásica y que preceedió a su designación como director de esa emisora. Su relevo del cargo coincidió con el levantamiento del espacio, bajo la argumentación de poco espacio en la grilla, y su mudanza a Radio Cultura, donde permaneció sin pausas hasta fin de 2023, cuando el agravamiento de su salud determinó a su hijo Diego –quien lo secundaba en el envío y pasó a conducirlo- a concluir la tan larga historia del programa. Las autoridades de la emisora, al conocerse la noticia, comunicaron que se le realizará un especial homenaje a transmitirse en el habitual espacio del programa, los domingos, a las 20, en Radio Cultura.

Juan Carlos Montero además fue una de las firmas que contribuyó al reflejo del panorama de la música clásica a través de las páginas de LA NACION, colaborando en este suplemento hasta 2014, cuando se despidió con la cobertura de la gala por los 15 años de Juventus Lyrica. Allí anotaba: “Ha logrado atraer a un público joven no precisamente entrenado en el conocimiento del pasado en materia del espectáculo de la ópera, ese universo que es algo así como una suma simultánea de las artes, como tantas veces se ha explicado desde estas mismas páginas, para diferenciarlo del universo del teatro literario”. Manifestó, en su adiós a los lectores, una vez más, el decidido interés por las nuevas audiencias para lo que fue parte de su vida y trayectoria.

Fuente: Pablo De Vita, La Nación