“My Way”, el secreto de la canción que fue más que una linda melodía

Si bien la de Frank Sinatra es la más conocida, hasta David Bowie la hizo a su manera

Uno los más grandes éxitos de La Voz, fue grabado en 1969

En 1989, un año antes de quedarse con el Nobel de la Paz, Mikhail Gorbachov se refirió en un discurso a su política de no intervencionismo en los asuntos internos de los demás países firmantes del Pacto de Varsovia como la “doctrina Sinatra”. La Unión Soviética estaba resuelta a permitir que esos países que durante tanto tiempo habían estado bajo su estricto control pudieran implementar políticas “a su manera”: una alusión a la línea “I Did It My Way”, del famoso tema que popularizó La Voz: Frank Sinatra.

Es apenas un dato anecdótico que sirve para revelar el poder de fuego y el arraigo en el imaginario colectivo universal de una canción que fue versionada oficialmente cerca de 2800 veces. Son muchos y muy distintos los artistas que se la apropiaron: además de Sinatra, empecinado en defender la arrogante revisión biográfica que plantea el tema como un resumen de una historia que en realidad tuvo otros matices, la cantaron Elvis Presley, Tom Jones, Dionne Warwick, Shirley Bassey, Charles Aznavour, Celine Dion, David Bowie, Andrés Calamaro, Nina Simone, Sandro y hasta Sid Vicious con los Sex Pistols.

Sinatra la grabó en 1969, el año en que el canadiense Paul Anka la adaptó del francés, seguro de que podía convertirse en un éxito. Las baladas nocturnas de Sinatra de los años cincuenta le habían abierto las puertas de nuevo al bajo de lamento cromático, con una apariencia neobarroca. El renacimiento de la música folclórica de los Estados Unidos en esa época insufló nueva vida a antiguas formas de baladas que dependían de la repetición de estrofas. Y la música barroca se puso de moda con la grabación de Las cuatro estaciones de Vivaldi de I Musici y la versión de Glenn Gould de las Variaciones Goldberg de Bach. El retorno triunfal del lament bass llegó de la mano de canciones como “Can’t Take my Eyes off You” (Frankie Valli) y “California Hotel” (Eagles), pero en el caso de “My Way” hubo que esperar a que el efecto decantara, como finalmente ocurrió con el paso de los años. Son mayoría los que asocian automáticamente esta canción con el genial cantante de Hoboken fallecido en 1998.

La música de “Comme d’habitude”, el germen de “My Way”, fue compuesta en 1967 por los franceses Claude François y Jacques Revaux. Se la ofrecieron de inmediato a Dalida, pero la cantante, de origen italiano y nacionalidad francesa, la rechazó. Sí la aceptó Hervé Vilard, cuya versión no satisfizo para nada a Revaux y lo llevó a pedirle a François, por entonces un cantante muy popular en su país, que la grabara él.

François aceptó luego de que su socio le concediera introducir unos cambios que había garabateado en el mantel de papel de un restaurante luego de separarse de su colega France Gall. Y Paul Anka la escuchó en un viaje que hizo a París y tuvo la visión de comprar los derechos para adaptarla al inglés, con permiso para hacer sus propios ajustes a la letra. Todo ese recorrido tuvo que desplegarse para llegar a la versión definitiva, la que conocemos casi todos, la que siempre es elegida como caballito de batalla para los momentos del balance emotivo de una trayectoria y una vida, la que se transformó en un hito y les sigue reportando a los creadores franceses millones de euros en regalías.

Antes de que Paul Anka quedara flechado por la versión de François que conoció a través del programa de televisión francés Télé Dimanche, un muy joven David Bowie tradujo –a su manera, claro– “Comme d’habitude” y grabó un demo titulado “Even a Fool Learns to Love”, en el que un personaje extrovertido que, sin embargo, oculta el amor por una chica de su grupo de amigos es el protagonista de la historia. Existe también una grabación casera en la que Bowie canta sobre el disco de François. Pero los autores franceses pretendían un cantante con más experiencia y alcance masivo, un objetivo que creyeron cumplido cuando recibieron la oferta de Paul Anka. Seguramente no imaginaban que un tiempo después, en una fiesta en Las Vegas, Sinatra iba a escucharla en la voz del cantante canadiense y a sumarla al repertorio de un álbum que tenía versiones de “Mrs. Robinson” (Simon & Garfunkel) y “Yesterday” (The Beatles) y terminaría siendo lanzado con el título de My Way. Era justo lo que Sinatra necesitaba en ese momento de su carrera: la canción potenciaba su imagen de gran vividor, pero con una gravedad que había perdido entre escándalos y banalidades.

https://youtu.be/VALtLrvutpY

De ahí en más, “My Way” fue un anzuelo eficaz para artistas con personalidad fuerte y vida tormentosa. El espíritu de recapitulación apoyado en la sabiduría que otorga el paso del tiempo les cayó como anillo al dedo a Nina Simone y Elvis Presley, seducidos por la posibilidad de autojustificación y pavoneo elegante que el tema sin duda proyecta.

Paul Anka hizo el dueto con Julio Iglesias; Joan Baez logró una efectiva mutación en rumba flamenca con la colaboración de los Gypsy Kings; los Tres Tenores (Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo) no la dejaron fuera de casi ninguno de sus conciertos multitudinarios; Robbie Williams la revivió como clásico coreado por estadios repletos, y Sid Vicious le sacó la lengua con una versión anárquica y desmelenada que oscila entre el homenaje y la parodia.

Curiosamente, la letra del tema prefigura de algún modo el destino trágico del bajista de Sex Pistols, que pocos meses después de grabarla para el falso documental The Great Rock ‘n’ Roll Swindle moriría víctima de una sobredosis, muerte que sus fans consideran un suicidio de amor, un intento de reunirse con su novia, Nancy Spungen, a la que supuestamente había matado poco antes.

Miles de historias encapsuladas en miles de versiones de una misma canción que, de cualquier modo, ha quedado adherida, sobre todo, al recuerdo de Sinatra. Como bien dijo Andrés Calamaro en la época en la que resolvió integrarse a la larguísima lista de intérpretes ocasionales del tema: así como “No Woman, No Cry” –una letra escrita por el jamaiquino Vincent Ford en los 60 en el gueto de Trench Town, Kingston– debe formar parte de cualquier tributo a Bob Marley, “My Way” es un poco de todos, pero antes que nada es de Frank Sinatra.

Fuente: La Nación