La historia del clan de los Shelby (liderados por Tom, Cillian Murphy) se desarrolla en la bruma ominosa de una ciudad industrial que a finales de los 60 forjaría al hard rock con Black Sabbath, parte de Led Zeppelin (Robert Plant y John Bonham venían de allí) y Judas Priest y en la new wave acunaría a UB40 y Duran Duran.
¿Cuál era el pop en 1919? Pues no lo había y si los realizadores hubieran querido un ambiente sonoro a la manera modélica de Mad Man deberían haber echado mano al charlestón, dixieland o el folclore irlandés. Sin embargo, apostaron a una banda de sonido fuera de sincro que no aspira a comunicar época sino atmósfera prescindiendo de hits y echando mano a una sensibilidad pos punk alternativa que puso a una estrella de culto como Nick Cave en el oído del mundo. Lo que sigue son diez momentos emblemáticos de imagen y sonido de las cinco temporadas de Peaky Blinders.
«The Wizzard» (Black Sabbath, 1970). Hay que esperar a la quinta temporada de Peaky Blinders para que la historia social y musical de Birmingham se crucen en la serie. Alguna vez Ozzy Osbourne explicó que nada en una ciudad de ladrillos rojos manchados por el hollín de las chimeneas y un cielo gris podía replicar el flower power del hippismo. La tapa del álbum debut de Sabbath ya predispone a la nueva era gótica encarnada en el heavy metal. La aparición de «The Wizzard» (con su característica armónica) sorprende en el primer episodio y señala una genealogía pesada: de los Shelby a los «Sabs» como se les decía en la prensa musical de los 70.
«Atmosphere» (Joy Division, 1980). El primer simple editado por Joy Division tras el suicidio de su cantante y letrista Ian Curtis suena en el quinto episodio de la última temporada. Es una actualización del gótico en la música pop que se refleja en la voluminosa playlist de la serie. Los de Manchester hicieron suyos los riffs de Sabbath en una traducción pospunk que llevaba al hard rock al grado cero de su energía. «Atmosphere» es una de las canciones más quietas y desesperantes de Joy Division que se resignifica en la serie como soundtrack de un funeral. Hay un trasvasamiento de imágenes: del cine de (Ingmar) Bergman y (Andréi) Tarkovski al clip de Joy Division y de este a la escena neblinosa de Peaky Blinders que cita su coreografía.
«Red Right Hand» (Nick Cave & The Bad Seeds, 1994). «Haz una caminata hacia los límites de la ciudad, cruza las vías, donde se cierne el viaducto como un ave de la perdición». La voz de predicador en trance de Nick Cave acaso nunca tuvo tantos feligreses como en las aperturas de esta serie provocando el efecto de que, para muchos, sea imposible disociar esta canción del álbum Let Love in de esta producción británica. Desde ese golpe de campana inicial de Mick Harvey a la incursión de Cave en un pasaje de órgano Hammond, donde resuenan los Doors y Ray Manzarek, la canción parece haber sido escrita especialmente para el drama. De hecho fue reeditada como simple una vez más en 2014 y la adaptación que Cave había hecho de un poema épico de Milton («Paradise lost», 1667) suena también en la serie en las versiones que hicieron Pete Yorn (2004), Arctic Monkeys (2009), FIDLAR (2013), Iggy Pop & Jarvis Cocker (2017) y PJ Harvey (2019). A lo largo de las cinco temporadas de Peaky Blinders se pueden escuchar trece canciones de Nick Cave & The Bad Seeds, una playlist aparte.
«Down by the water» (PJ Harvey, 1995). Polly Jean (cuyo nombre resuena en uno de los personajes de la serie, la Polly de los Shelby, morocha y corajuda como Poli, la de Los Redondos) es otra favorita de la banda de sonido de Peaky Blinders. A lo largo de las cinco temporadas tiene 15 canciones de su discografía, concentradas sobre todo en la temporada 2. Allí es donde se escucha «Down by the water» del álbum To Bring you muy love y una de las piezas clave de la videografía que explotaría MTV en los 90. Para Colm McCarthy, director de la temporada 2, las canciones de PJ Harvey representaban la transformación en el carácter de Tommy Shelby y llegó a pensar en que la musa alternativa compusiera la música original de todos los capítulos. Lo haría en la temporada 5 con esa versión en piano de «Red Right Hand» hecha a pedido de los productores de la serie.
«You and Whose Army?» (Radiohead, 2001). De Radiohead, Peaky Blinders elige su refundación en banda experimental de masas a partir del celebrado Kid A. La inclusión de «You and Whose Army?», incluida en el siguiente álbum Amnesiac, le da a la serie, en su tercera temporada, uno de sus mejores momentos de imagen y sonido. El efecto de cámara lenta de videoclip que tanto satura en otras series y películas adquiere aquí otro espesor y convierte a la escena en Small Heath (Birmingham) en una secuencia subyugante. El comienzo trémulo de la canción acompaña la insólita presencia de Arthur Shelby (Paul Anderson) en una iglesia y su posterior explosión suave (esa es la magia de Radiohead) cumple la misma función que el travelling, pero desde lo sonoro.
Trailer de la quinta temporada de Peaky Blinders
«Danny Boy» (Johnny Cash, 2002). Acaso la única canción de esta playlist contemporánea a los días en que transcurre la serie. Atribuida a Weatherly, se trata de una tonada irlandesa, de esas melodías sopladas por el viento, que el ícono de la canción country incluyó en su álbum Orange Blossom Special en 1965 y que reversionó para American IV: The man comes around, el último disco que publicó en vida. Como en toda esa serie magistral producida por Rick Rubin, la interpretación de Cash alcanza un everest de expresividad y las historias del far west resignificadas ya en su voz se aplican ahora sobre otra historia violenta. No es casual, entonces, que Nick Cave, autor de las «murder balladas», haya participado en estos discos de Cash y que la banda de sonido de Peaky Blinders vuelva a reunirlos.
«The hardest button to button» (The White Stripes, 2003). El minimalismo rocker de The White Stripes (la banda de Jack y Megan White) también resultó apropiado para la atmósfera violenta que impregna la historia del clan mafioso de principios del siglo XX. Sordos a la electrónica y el hip hop, los White Stripes entraron al nuevo siglo con una versión tan descarnada del rock and roll como los métodos empleados por los Shelby. «The hardest button to button» de Elephant, el cuarto álbum de The White Stripes, acompaña a Tom Shelby en un rapto anárquico de furia en el que destruye un retrato del rey Jorge VI. Los White se apropian de la temporada 1 con nueve «cameos».
«R U mine?» (Arctic Monkeys, 2013). Hasta aquí la última banda significativa en el formato clásico que el rock impuso desde los 60, los Arctic Monkeys son otros favoritos de Peaky Blinders . «R U mine?» se deja oír acompañando la compaginación de los resúmenes o recapitulaciones que preceden a cada nuevo episodio. Editada como simple en 2012 anticipó la salida del quinto álbum de los Monkeys un año después. El grupo de Alex Turner tiene peso en el soundtrack de la serie con seis canciones y una de The Last Shadow Puppets, su interesante proyecto paralelo.
«Lady grinning soul» (Anna Calvi, 2014). Nacida en Twickenham en 1980, Anna Calvi es una de las mejores cantautoras de su generación y trabajó en segmentos de música original para la quinta temporada de la serie. En la genealogía de Patti Smith y PJ Harvey, la Calvi impresiona además como guitarrista. La quinta temporada de Peaky Blinders descubre además esta joya: una versión de una de las mejores (y menos valoradas) canciones de toda la discografía de David Bowie. Incluida en el álbum Aladin Sane (1973) cobra nueva vida en la voz de Calvi, que sentada al piano la incluye en su EP Strange Weather de 2014. Se recomienda indagar en su discografía.
«Lazarus» (David Bowie, 2016). La última reinvención de Bowie fue adelantar su propia muerte en Blackstar, un disco contemporáneo al éxito de Peaky Blinders que entraba ese año en su tercera temporada. Los realizadores y Cillian Murphy decidieron homenajearlo incluyendo «Lazarus», su regreso a una forma más experimental en el quinto episodio. Es en la apertura donde las pesadillas de la guerra se le mezclan a Tom Shelby con su internación en un hospital y donde las imágenes de la serie replican un poco el clima del extraño video con el que Bowie le dijo adiós al planeta.
Fuente: Fernando García, La Nacion