Por undécima vez le negaron la libertad condicional al asesino de John Lennon

Mark David Chapman, el hombre que hace casi 40 años asesinó a balazos al beatle en Nueva York, se topó por undécima vez con la negativa de las autoridades judiciales a su pedido de libertad condicional.

Tras el rechazo expresado por los miembros de la junta de libertad condicional, quienes lo entrevistaron el pasado 19 de agosto en el Centro Correcional de Wende, cerca de Búfalo, Chapman, de 65 años, deberá esperar dos años más para una nueva presentación en este sentido, informan diarios de Nueva York.

El cuerpo que evaluó la conducta del asesino del exbeatle no dio detalles de los argumentos para hacer caso omiso a los reclamos de libertad.

Chapman fue condenado a un mínimo de 20 años de cárcel y un máximo de cadena perpetua, y desde que se cumplió el plazo establecido comenzó a reclamar sin éxito por su liberación.

Al iniciar por primera vez estos trámites, Yoko Ono, viuda de Lennon, envió una carta a las autoridades en la que expresó su enérgico rechazo a la salida del asesino y, desde entonces, cada vez que se renueva el reclamo, la artista japonesa se limita a recordar los argumentos esgrimidos en ese escrito.

Cabe recordar que Chapman, sin mediar palabra alguna, disparó a quemarropas contra el indefenso exbeatle la noche del 8 de diciembre de 1980, en la puerta de su domicilio, en el edificio Dakota de Nueva York.

Tras efectuar los disparos, el asesino dejó el arma en el suelo y se quedó esperando la llegada de la policía para entregarse.

Horas antes, en ese mismo lugar, el propio asesino se había tomado una foto con el exbeatle y le había pedido que le autografiara la portada de «Double Fantasy», su más reciente disco.

Las pericias del momento determinaron que Chapman era un psicópata obsesionado con Lennon, que buscaba notoriedad al formar parte de su historia a cualquier precio.

Reconstrucción del asesinato de John Lennon

Mark David Chapman asesinó a John Lennon mientras este estaba fuera del edificio de apartamentos Dakota, en Nueva York el 8 de diciembre de 1980.

Ese día el asesino se dirigió a una librería y compró un ejemplar de «El guardían entre el centeno» libro de JD Salinger, en donde escribió «está es mi declaración» y firmo como Holden Caulfield, protagonista del libro, que lo tenía obsecionado. 

Luego pasó la mayor parte del día en la entrada del edificio Dakota donde Lennon vivía con su esposa, hablando con otros fanes y con el portero. En un momento dado, un distraído Chapman perdió de vista a Lennon al salir de un taxi y entrar al Dakota durante la mañana. Más tarde pero aún por la mañana, se encontró con el ama de llaves de Lennon, que acababa de sacar a Sean Lennon a dar un paseo. Chapman se acercó para estrechar la mano de Sean y dijo que era un niño hermoso, citando la canción de Lennon, «Beautiful Boy».

Lennon y Ono dejaron el Dakota para una sesión de grabación en Record Plant Studios. Mientras caminaban hacia su limusina, Chapman le dio la mano a Lennon y le tendió una copia del nuevo disco de Lennon, Double Fantasy, para que la firmara. El fotógrafo Paul Goresh estaba presente cuando Lennon le firmó el álbum a Chapman y tomó una captó el momento.

Chapman declaró: «En ese momento, mi parte buena ganó y quería regresar a mi hotel, pero no podía. Esperé hasta que regresó. Él sabía dónde van los patos en invierno, y yo quería saberlo» (en una referencia a El Guardián entre el Centeno, dado que era una pregunta que recurrentemente se hacía el protagonista).

Alrededor de las 10:49 p.m., la limusina de Lennon regresó al Dakota. En la acera, Lennon y Ono salieron del coche, pasaron al lado de Chapman y caminaron hacia el arco de entrada al patio del edificio. 

Por la espalda el lúnatico disparó 5 balas al cuerpo de John Lennon, alcanzándole una de ellas en la espalda provocándole una herida en el pulmón derecho; otra de ellas impactó en el brazo izquierdo de Lennon; otra le impactó en el cuello; la cuarta bala le ocasionó una hemorragia en una arteria del corazón y la quinta bala impactó en la pared. 

Chapman permaneció en el lugar hasta que llegó la polícia y esperó a ser arrestado, se declaró culpable del delito y  fue sentenciado a cadena perpetua. 

Chapman fue condenado por el crimen en agosto de 1981, a una pena de veinte años a cadena perpetua. Los veinte años se cumplieron en el año 2000, pese a ello permanece en su celda del Correccional de Attica, puesto que le ha sido denegada la libertad condicional que solicita desde que se cumplió su condena. 

Tuvo audiencias cada dos años en dónde se mostró arrepentido y aferrado a la fe católica y admitiendo que su crímen fue cruel y horrendo. Las audiencias llevadas a cabo  en el  2000; 2002; 2004; 2006; 2008; 2010; 2012; 2014; 2016; 2018; y la útlima fue en el día de hoy, dónde por undécima vez rechazaron la libertad condicional, aludiendo que la misma es «incompatible con el bienestar y la seguridad de la sociedad».