Así como a Messi le faltaba un título con la celeste y blanca, a Fito Páez le faltaba ganar un premio Gardel del Oro. Y lo consiguió en la madrugada de hoy, cuando se llevó la estatuilla dorada que representa el mayor galardón para la música argentina.
El rosarino se consagró campeón sobre el final de una gala virtual que tuvo 15 shows, entre los que se destacaron homenajes a artistas y a géneros de nuestra música, y a sets compartidos por varios músicos (los feat. que la industria produce a gran escala también se ven en noches como esta). Las estatuillas que hoy cosechó fueron, en rigor, por su última producción discográfica, La conquista del espacio. Pero además podría decirse que el voto que lo consagra es también una lectura de todos sus logros, desde que publicó Del 63, aquel notable debut discográfico que se publicó en 1984.
“Qué bárbaro, che. Carlitos si supieras que caíste en mis manos todo bañado en oro –decía Fito, en un video grabado, para agradecer la estatuilla-. Me pone muy feliz por el significado de los Premios Gardel. No por mí, sino porque está creciendo el evento en sí mismo como la representación de toda la música argentina en toda su dimensión. Siento un gran honor por recibir este premio tan codiciado. Lo quiero compartir con todos los músicos argentinos. Somos una gran nave insignia de la música mundial”, aseguró.
El último álbum de Fito se impuso en cuatro categorías: álbum de año, ingeniería de grabación, álbum de artista de rock y productor del año. Por su parte, Nathy Peluso, que era la más nominada de la noche, ganó en cuatro categorías: dos por su disco Calambre, una por su tema “Buenos Aires” y la última por su participación en Bzrp Music Sessions, Vol. 36.
De principio a fin
Con un homenaje a Los Piojos, comenzó, apenas pasadas las 22, una nueva edición de los Premios Gardel. Y, una vez más, con una gala virtual que fue transmitida por la señal TNT, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) dio conocer los ganadores de la noche, entre shows que fueron producidos con anterioridad. El formato fue similar al del año pasado, que no tuvo fiesta presencial por la pandemia covid-19.
Con una entrada decontraté, Jey Mammón y Eleonora Pérez Caressi, los anfitriones de la velada, caminaron por un teatro vacío, hicieron algunas bromas sobre la ausencia de público y artistas y dieron la bienvenida al primer número musical de la noche: bodas de plata para 3er Arco, el disco que catapultó a Los Piojos a su total consagración. De aquel álbum salieron grandes éxitos coreados en las canchas de fútbol; de ahí que la producción de los Premios Gardel a la música eligiera como musical de apertura un homenaje a aquella grabación, que sonó por Ciro y los Persas, con la participación de una de las figuras en ascenso más actuales, L-Gante.
También se sumó el ensamble de percusión La Chilinga, Daniel Buira y Micky Rodríguez (dos ex integrantes de la banda). El set a prueba de fallos estuvo armado en torno a esos temas inoxidables, como “El farolito”, “Verano del 92” y “Maradó”, con un relato que tuvo al cantante Ciro como anfitrión, en distintas locaciones en torno a un vagón de tren pasado a cuarteles de invierno.
El primer anuncio de la noche fue de la categoría Mejor álbum pop alternativo, que quedó en manos de Nathy Peluso, por su disco Calambre. Enseguida, otro musical: una versión del clásico de Los Abuelos de la Nada “Himno de mi corazón”, por Soledad Pastorutti y Carlos Rivera (primer artista extranjero invitado especialmente para esta edición).
Después de la primera tanda comercial llegó el siguiente set (porque después de todo, esto fue un show televisivo, y en tiempos de pandemia, como gala virtual más que nunca tuvo un formato para la pantalla chica). Con este tipo de propuestas es con las que una celebración a la música argentina marca la diferencia. Y más allá del gusto de cada uno, está el riesgo, muchas veces necesario en el arte o el entretenimiento, de apostar y provocar algún efecto. De la mano de Lito Vitale, Cazzu interpretó “Alfonsina y el mar” y Bruja Salguero cantó “Juana Azuduy”, dos temas creados por la dupla compositiva Ariel Ramírez y Félix Luna, para la serie Mujeres argentinas, que tuvo su fundación con la voz de la inigualable Mercedes Sosa.
Allí se vio a una Cazzu inesperada, vestida de largo, de gala, y fuera de su clásico andarivel sonoro, en una versión tradicional y bella, arropada por un grupo de cámara, de cuerdas y maderas, liderado por Vitale al piano.
Otras de las colaboraciones que llamó la atención fue la de Los Tabaleros con Miranda!, en “Por amar al amor”, con esa mezcla del electropop y el folklore urbano de los barbudos guitarreros. Ya con la intro del clásico telúrico “A don Ata”, la versión se perfilaba como una de las rarezas de la noche.
El homenaje rockero no fue solo para Los Piojos: cuando todavía no se promediaba la ceremonia, llegó el turno del sorpresivo set dedicado a Catupecu Machu. La extinta banda de los hermanos Ruiz Díaz tuvo su tributo con las voces de Rosario Ortega, Bándalos Chinos, 1915 y Emmanuel Horvilleur. Cantaron temas como “Magia veneno”, “A veces vuelvo”, “Eso vive” y “En los sueños”. El mini show, con fragmentos de cada tema, se fue construyendo por capas hasta que todos coincidieron en los dos últimos temas, con un preciso, discreto y ajustado cierre.
Seguramente, en las últimas 24 horas, los productores de esta gala virtual habrán pensado una y mil veces si emitirían la canción que había grabado Palo Pandolfo y la Orquesta Fernández Fierro. La muerte tan sorpresiva y reciente del gran músico no habrá dado margen para hacerle otro homenaje que no fuera poner al aire el video y agregar al final una escueta leyenda. “Buen viaje Palo. Gracias por tu música”.
Entre un show y otro, entre el anuncio de un ganador y el siguiente, la gala mostró, casi como norma, el backstage de cada producción musical. Cada tanto, la cámara volvió a los presentadores, Jey y Eleonora, que no tuvieron más producción que la de ese escenario de teatro con una platea de fondo vacía (con los años eso quedará como uno de los tantos testimonio de esta pandemia que le puso el freno más drástico a la música en vivo). Ante esa escasez de recursos, lejos de apelar a un excesivo histrionismo, cada uno cumplió su rol y al mostrarse casi tentados de risa por el cruce de comentarios, conectaron cada bloque de una manera muy informal, distendida y llevadera.
Esta edición de los Gardel ha vuelto bastante a la historia de su música. Con los homenajes a Catupecu y a Los Piojos, o con un segmento de canciones que compartieron David Lebón y Fito Páez. Juntos hicieron “El amor después del amor”, “Cuánto tiempo más llevará”, “La canción de las bestias” y “San Francisco y el lobo”. ¿Acaso ese show juntaba a los ganadores del Gardel de Oro de las ediciones 2020 y 2021? Para las 23.10, cuando se transmitió su set, eso todavía era una incógnita. Lo cierto es que la figura de Fito Páez sobrevoló toda la gala. En los chistes de Jey o en versiones como la de “Nada es para siempre”, que abordaron Rocío Quiroz y Rodrigo Tapari.
Así como algunas versiones estuvieron lejos del canon (el mejor ejemplo fue el encuentro entre Miranda! y Tabaleros) otras terminaron muy ceñidas a las originales, como el homenaje a Catupecu. Algo similar ocurrió con el popurrí chamamecero que encabezaron Teresa Parodi, Elena Roger, Chango Spasiuk y Las Hermanas Vera, con tradicionales como “María va”, “Pueblero de allá ité”, “El toro”, “Río rebelde”, “Merceditas” y el himno correntino “Kilómetro 11”, entre otras.
Entre las versiones sobrias también estuvo el clásico ricotero “La gran bestia pop”, por Las Pastillas del Abuelo, Hilda Lizarazu y Santiago Celli. Pero tuvo un porqué. “Grabando este tema sentí una evocación a Willy Crook (saxofonista de Los Redondos)”, decía Hilda. Y sí, el saxo de Las Pastillas trajo al saxo de Crook en aquella canción y su recuerdo, luego de su tan reciente muerte.
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Sin duda, esta ceremonia de los Gardel estuvo teñida de un silencio de luto que excede cualquier pentagrama. La lista de los que se fueron durante el último año es larga: Ramona Galarza, Gabo Ferro, Dina Rot, el chalchalero Polo Román, Gabriel Ruíz Díaz, Cesar Isella, Gabriel Ogando, Omar Moreno Palacios, Coco Díaz, Matías Conte, Rodolfo García, Nelly Prince, Rinaldo Rafanelli, Fernando Suárez Paz, Gerardo Nuñez, Crook y Palo, entre muchos otros.
Claro que también hubo momentos para celebrar la obra de los que ya no están, con excusas tan válidas como el centenario de un nacimiento. Este año se cumplieron 100 del nacimiento de Piazzolla y en Los Gardel se lo recordó con “Vuelvo al Sur”, por Lidia Borda y Julieta Laso.
La falta de escenario, la ausencia de público, de alfombra roja y de discursos de agradecimiento (por más formales y edulcorados que suenen a veces) se extrañaron. A prueba y error, la única carta fue lograr un buen show. En realidad, unos quince, para casi dos horas y media de televisación, y para que buena parte del mapa de la música argentina quedara reflejado. En esta edición, los cruces en general funcionaron, aunque echar mano al popurrí pudo sonar como un recurso un poco redundante. La alternativa fue el mashup. Patricia Sosa y María Becerra, por ejemplo, fusionaron “Acaramelado” y “Endúlzame los oídos”. Y en el bloque tropical Ráfaga, Migrantes, Oscu, Luck Ra y Agus Padilla enlazaron “Una cerveza” con “Si me tomo una cerveza” y, para el cierre, versionaron “Pupilas lejanas”.
A este video se le da RT si fue para vos lo mejor de los #Gardel2021 🧐 @MariaBecerra22 y Patricia Sosa rompiéndola 😎 pic.twitter.com/WfoU3OtoTd
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Recién hacia el final de la gala virtual los anuncios de los ganadores tomaron mayor peso en la ceremonia. “Ladrón” de Lali y Cazzu fue el tema más votado por el público y sí, Fito Páez se quedó con el Gardel de Oro, al imponerse en la categoría Mejor disco del Año.
Y el Gardel de Oro es para…. ¡Felicidades Fito Paez! 🎉 #Gardel2021 pic.twitter.com/rsRUbO3UJZ
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Fuente: Mauro Apicella, La Nación