El Acusticazo, festival fundado en 1972 en el mítico teatro Atlantic, con el desafío de tocar sin instrumentos eléctricos –todo un antecedente de los conciertos unplugged-, celebrará sus 50 años de historia el próximo 20 de agosto a las 21 en el Auditorio Belgrano con Litto Nebbia, Ricardo Soulé, Raúl Porchetto y Roque Narvaja como protagonistas.
El encuentro musical reunirá a tres generaciones de músicos y público en la sala ubicada en Virrey Loreto y avenida Cabildo, del barrio porteño de Belgrano, donde actuarán otra vez Litto Nebbia y Raúl Porchetto, a los que se sumarán Ricardo Soulé y Roque Narvaja junto a otros numerosos músicos clásicos y emergentes, .
Participarán también Aníbal Forcada, Claudio Kleiman, Miguel Krochik (otro de los participantes del evento original), Vikingo Martinez, Majo Castro y Santi Vai.
Raúl Porchetto, otro de los que participará n el nuevo homenaje el próximo 20 de agosto.
El Acusticazo se realizó el 16 de junio de 1972 en el teatro Atlantic de Monserrat (donde ahora hay un edificio) y marcó un hecho histórico: se convirtió el primer disco grabado en vivo en la historia del rock nacional, una reliquia para coleccionistas y melómanos.
En el festival tocaron hace medio siglo Litto Nebbia, Edelmiro Molinariy además de «descubrir» a grandes músicos entonces emergentes como León Gieco, Raúl Porchetto, David Lebón. y Gabriela, entre otras figuras.
El primer homenaje
El encuentro antológico tuvo su segunda edición el 8 de junio del 2017 en el teatro Gran Rex. Y así lo reflejaba la crónica de Clarín.
El sol de las pantallas se refleja en las guitarras acústicas en movimiento. ¿A dónde miran los creadores sin nostalgia, con la convicción en la voz y las melodías por delante?
En el Teatro Gran Rex, la respuesta, desde anteayer, está soplando en el tiempo: el que vendrá. A 45 años del Acusticazo, el primer disco (y voz colectiva) en vivo del rock argentino, varios de sus hacedores originales lo conmemoraron con un Acusticazo 2017, en memorias presentes y por venir.
Junio de 2017, el primer homenaje, realizado en el Gran Rex. Foto Martín Bonetto
La enumeración es un punto de fuga al futuro: Litto Nebbia, León Gieco, David Lebón, Nito Mestre, Raúl Porchetto, Edelmiro Molinari, Lito Vitale, Carlos Daniel Fretgman y Miguel Krochik.
¿Qué fue el Acusticazo? El disco que plasmó con el sagaz oído técnico de Juan Carlos Robles -alias Robertone- el concierto del 16 de junio de 1972 en el Teatro Atlantic (Av. Belgrano 1260), del barrio de Monserrat.
Un manifiesto no formal sobre las posibilidades desenchufadas para expresar poesías con fundamentos folk dentro del rock emergente.
Aquel año, en plena búsqueda de libertad sonora y generacional, varios empuñaron sus guitarras acústicas (y otros colores sonoros), en sintonía con las vibraciones lejanas de Crosby, Stills, Nash & Young. Pero sin imitaciones: con letras de los hombres y mujeres en los conflictos de estas tierras.
Y este frío jueves en el Gran Rex, con el sol en movimiento, símbolo del nuevo festival B.A. Rock que se hará en octubre (también 45 años después), la idea de su promotor histórico Daniel Ripoll es celebrada por Litto Nebbia con fervor, sólo con su guitarra, antes de la ovación del Rex repleto.
Un género se consolida
“El Acusticazo fue muy novedoso para su época y ni siquiera se decía unplugged”, bromea.
Los Catupecu también se sumaron al Acusticazo del Rex. Foto Martín Bonetto
Nebbia hará Canción del horizonte, Memento mori, Vals de mi hogar, Coplas del musiquero, Sueña y corre, el aire de zamba El bohemio, la inédita Canción para los inocentes y la que sí quedó en el disco original con el set de bombos de Domingo Cura, ya fallecido: Vamos negro.
Un cruce que ganó enojos en defensores de nichos (del folclore y del rock), pero hace décadas es el núcleo multiplicador de la música popular del siglo XXI. Con los mismos bombos marca “Mario Paz” de Cura, Nebbia invita a “una sorpresa: Lito Vitale”.
Las improvisaciones de percusión y platillo fluirán para el placer del Rex y los aplausos cuando Nebbia abrace: “Cuando se habla de tú tierra, sos lo más original. Pero en el resto del día nadie te habla como tal. ¡Vamos, negro! ¡Fuerza, negro! Llora un poco y quizás un blanco te escuchará”.
Nebbia recién volverá al final, con acústica paciencia. El musicólogo y cantautor Carlos Daniel Fretgman, quien estuvo en el Acusticazo del ’72, tendrá sólo un tema para sí (en homenaje a Luis Alberto Spinetta, al compás de su rostro delineado en la pantalla LED). Enseguida, Nekro, el referente del punk y rock local autogestivo que surgió con el grupo Fun People en los años 90, captará el real sentido de este cónclave desenchufado.
Aire de Dylan
Reflexiona sobre los legados culturales impuestos y comprados, canta una versión en castellano de This Land Is Your Land, clásico del trashumante Woody Guthrie, gran maestro de Bob Dylan y, por extensión, del folk sincero y verdadero para siempre. Tras Gurisito, de Daniel Viglietti, su guitarra ya “no suena” y Nekro no duda: canta a capella y luego rasgueando sin cable entre las butacas.
“¿Pagué mi entrada para esto?”, bufan varios, y otros gritan “¡León, León!”. Nekro eleva la voz, pero no todos quieren oír. La paciencia acústica deberá esperar aún.
Sobrevendrá un set eléctrico y barrial de diez temas de Salta La Banca. Su líder, Santiago Aysine, “gesticula como Abel Pintos”, dicen en la platea. Entona fuerte -con nitidez-, y expone convicción (es sobreviviente de Cromañón): “¡No a la represión policial!”, y “¡ni una menos, carajo!”. Más aullidos y vivas del público de Salta La Banca en el Rex.
Hombres de hierro
Luego, León Gieco será el conector generacional, en su voz solitaria y con los demás. Antes de Catupecu Machu, canta y blande armónica para la que grabó en el Acusticazo ’72: Hombres de hierro. El símbolo contra la represión. Enseguida llega La historia esta, Tema de los mosquitos y El Fantasma de Canterville. No puede haber freno para su fina musicalidad en poesías aún urgentes.
“Tengo varias sorpresas”, ofrece Gieco, y todo lo acústico aquí será permanente. Con la flauta travesera y la voz de Nito Mestre hará La colina de la vida.
Con Raúl Porchetto, Bajaste del norte, suya, y armará una candente pared de guitarras acústicas con aquél, David Lebón y Edelmiro Molinari, para La Rata Lali. Los punteos metálicos de ambos flotan en el Rex antes de Algo de paz (también de Porchetto), todos juntos. El tiempo pasado no será mejor: la paz es otro nuevo canto por delante.