A pocas cuadras de la Avenida 9 de Julio, el mozo dibuja un corazón con espuma sobre el café. en el bar del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, inaugurado hace pocos meses, donde suena música de jazz y lo único que se ve del exterior son las copas de los añosos árboles de San Telmo.
A 35 años de la muerte del autor. Su mayor coleccionista en el país, Lucio Aquilanti, lo evoca desde la librería a la que peregrinan los lectores.