La institución estadounidense inaugura una exhibición del artista argentino, reconocido por desafiar la percepción del espectador a través de la subversión de los espacios cotidianos.
En 1978 presentó en la primera Bienal Latinoamericana de San Pablo «Obelisco acostado». Ahora reveló que quiere continuar su serie que busca “acostar los mitos universales para inventar los propios”. ¿Es el turno del gran monumento neoyorquino?