Aunque los clásicos animados presentan mundos mágicos y fantásticos, los escenarios en que ocurren las historias en muchos casos tienen su réplica en la realidad.
El actor, que tiene una forma de enanismo conocida como acondroplasia, se preguntó cómo en esta época se puede seguir haciendo “esa puta historia retrógrada de siete enanos viviendo juntos en una cueva”