Una guitarra eléctrica destrozada por el fallecido líder de la banda de rock Nirvana, se vendió en una subasta en Nueva York por casi 600.000 dólares, con lo que multiplicó por diez el precio base con el que se inició la venta.
Su talento musicalizó una época y su trágico final marcó a toda una generación. Un duro recuento de excesos, crímenes y algunos casos sin esclarecer