Cerca de Londres, un pub puede tener hasta cuatro años de espera; en Nueva York un restaurante orgánico tarda un año en dar cita y en Argentina hay que esperar seis meses para comer una receta familiar de centolla en Tierra del Fuego
En el casco histórico, un restaurante que cobija obras de artistas plásticos renombrados y ofrece un menú de autor refinado, se convierte en una gran experiencia de la noche porteña