Su rol es clave en la relación con el sacerdote Jorge Bergoglio, a cargo de Juan Minujín, por entonces muy lejos de su consagración como el Papa Francisco.
La película, dirigida por Fernando Meirelles con guion de Anthony McCarten gira en torno a una conversación ficticia entre el cardenal de Buenos Aires y el obispo de Roma poco antes de la renuncia de este último en febrero de 2013.