Juan Carlos Colombres, el hombre que se escondía bajo el famoso seudónimo, marcó a fuego una época del humor gráfico argentino con su aguda mirada de la sociedad y la atenta escucha de sus modismos.
En diálogo con Infobae, la viuda del excepcional pianista pidió “que haya vigilancia, policías, alguien que custodie que no profanen a nuestros muertos”