La palabra apareció en un cuento por primera vez en 1954. El libro cuenta con prólogo de Alma Guillermoprieto y edición de Conrado Zuluaga, experto en el escritor colombiano.
En Colombia, escondido entre plantaciones de bananas, un cartel pequeño, escrito en letras rojas y azules, anuncia: «Bienvenidos al verdadero Macondo. Tierra de inspiración que dio origen al mágico mundo macondiano. Tierra fértil y próspera bendecida por Dios a orillas del río Sevilla. Fundado en 1820». Macondo existe. Y cumple 200 años en soledad.