Cuando la conoció, ella llevaba una cresta punk. En la vieja Facultad de Filosofía de Zorroaga, en el País Vasco, en cuyos pasillos se vendían vino y bocadillos de tortilla, la muchacha se acercó una mañana al joven profesor. ver más
Fernando Savater: «El problema no es el político demagogo o ignorante, sino la gente que lo elige»
Responder