“Hijos de la fábula”, que apareció ayer en España y América Latina, tiene un tono diferente del de su predecesora, ya que aborda con algo de humor negro la historia de dos frustrados terroristas.
El modista español falleció en su domicilio de Portstall, en el noroeste de Francia
Cuando la conoció, ella llevaba una cresta punk. En la vieja Facultad de Filosofía de Zorroaga, en el País Vasco, en cuyos pasillos se vendían vino y bocadillos de tortilla, la muchacha se acercó una mañana al joven profesor.
En Hernani, los vecinos no sonríen a los forasteros. En este rincón de España, las paredes muestran a los miembros de la organización terrorista ETA que siguen presos. Todos hablan de dolor, pero casi nadie menciona el libro ni a la nueva serie que es furor en todo el mundo.
El actor y director estadounidense Woody Allen concluyó hoy en San Sebastián su segundo filme que transcurre en España y con capitales de ese país, luego de «Vicky, Cristina, Barcelona», que hizo en 2008 y le valió un Oscar a Penélope Cruz.