Lo suyo es la actuación pero también es un apasionado de la política. Con su estampa de porteño protagonizó innumerables éxitos en cine, teatro y televisión. Repaso por la vida de un artista comprometido con su arte y con su tiempo
La cinefilia de los argentinos es casi tan antigua como el cinematógrafo: las primeras proyecciones se realizaron en Buenos Aires apenas seis meses después de la presentación del invento de los hermanos Lumiere y el romance jamás se ha apagado desde entonces.
El mayor legado de Tato Bores está en su vigencia. El máximo exponente de la historia del humor político en la Argentina nos dejó hace 25 años, pero nos sigue hablando desde sus insuperables monólogos televisivos como si no se hubiera ido.