La transformación de rutinas y dinámicas laborales influyó directamente en la manera de relacionarnos con la ropa: maquillaje, tacos y corbatas fueron desplazados por conjuntos homewear y prendas deportivas; comodidad, durabilidad y colores vibrantes ganan un nuevo terreno
El desafío consiste en aprender a aprovechar su enorme potencial, sin erigirlas en el centro de toda acción o relación ni permitir que su utilización transgreda todos los límites