Desde el primer viaje que hizo con su familia, Ramiro Cristofaro descubrió la pasión aventurera, y supo que buscaría la forma de combinar trabajo con vacaciones por el resto de su vida. Dibujó el mapamundi en blanco y negro en una pared y se propuso colorear cada lugar que visitara, hasta que un día esté completo. Le faltan solo 51 paradas