Mientras el brote de coronavirus avanza en el mundo, miles de lectores vuelven a sumergirse en las dramáticas páginas de La Peste (1947), de Albert Camus, pero también en otros muchos libros referidos a culturas atacadas por pestes.
El objetivo de todos los gobiernos es ganar tiempo y aplanar la curva de evolución de la epidemia, retrasando y reduciendo en lo posible el número de infectados.