Migue Vigna y Noelia Vittori protagonizan, en el mítico teatro porteño del barrio de Almagro, una nueva propuesta.
La palabra gesto proviene del latín gestus. Se la define como el movimiento del rostro, de las manos o de otras partes del cuerpo, con que se expresan afectos o se transmiten mensajes. Sin dudas, la propuesta te invita a reflexionar sobre nuestra comunicación.
Una vez más, Diego Carreño imprime su sello teatral en esta historia: Las palabras, el lenguaje y las emociones.
Sobre la obra:
Giselle (Noelia) vuelve al departamento diecisiete horas después de haberse ido. Allí la espera Eusebio (Vigna), mordiendo resentimiento. Este es el punto de partida de esta pareja de seres neuróticos, donde toma protagonismo la soledad, las frustraciones, las rivalidades y las miserias. Con sarcasmo y mucho humor transcurre una larga noche en la que se preguntan a sí mismos, y al otro, si esta separación es definitiva. O si lo definitivo es seguir juntos a pesar de todo.
Conversamos con Vigna y Vittori sobre el proceso creativo, en una puesta que los convierte en los actores indicados para sus personajes.
-Migue, Noe ¿Cuál fue el desafío durante el proceso de ensayos para lograr tanta conexión cada domingo?
Noelia Vittori: “Y para mí el mayor desafío que tiene esta obra es cómo transitar esta, que es su última noche, desde una manera genuina. Con verdad, con cariño, más allá de todas las cosas horribles que por ahí se están diciendo, y con comicidad. Realmente hay situaciones tan absurdas que te hacen reír, pero los personajes lo transitan desde su verdad. Y eso me parece que es un gran desafío. Cómo poder reírse de todo lo trágico que están pasando ellos, pero desde un lado sincero. Es compleja, pero es muy interesante de hacer. Para mí es un gran desafío, y realmente también hacerlo con Migue es genial, porque es un buen compañero para transitar todos esos estadios que tiene la obra”.
Migue Vigna: “Para componer a Eusebio, entendí que él tiene una contradicción muy grande en su persona, algo que también me interesó mucho. Tiene una neurosis que lo lleva a ser muy adorable por momentos, y por momentos la peor lacra del mundo. Entonces también eso depende del momento en que lo veas, que pasa mucho a veces con las personas. Por ejemplo, yo vi a esta persona y me pareció un amor, y de repente la veo en otro momento y si me quedo solo con ese recorte, me parece un ser detestable. Entonces pasa con mi personaje. Creo que con la pareja en sí también pasa un poco eso, porque la pareja hace como un raconto de su historia en una hora y en esa condensación se ve, esa neurosis se potencia en los dos. Así que también eso es oro en polvo para mí. Poder contar esta historia en el teatro, y en definitiva es tener el desafío de hacerlo bien”.
El autor, Diego Carreño declaró que “la obra trata de acercarse a los sentimientos que emergen de dos personas que están a punto de separarse definitivamente. Son las últimas horas en la vida de esta pareja, Eusebio y Giselle, las que colman la trama como si se tratara literalmente de la muerte anunciada de una relación. Los personajes transitarán durante esta última noche que pasen juntos el dolor, el sufrimiento y la nostalgia, así como el sexo, la pasión y la alegría. El desafío al que nos enfrentamos radica en encontrar la posibilidad de abordar este tema desde el humor. Para ello decidimos entrar a su mundo privado y vivenciar con ellos esa última noche como espectadores de una tragedia que no deja de parecernos risible. ¿No son acaso los argumentos que se manifiestan en cada una de sus discusiones motivo de risa? ¿No vivimos teniendo actitudes en nuestra privacidad que resultarían absolutamente absurdas para un desconocido si pudiese observarlos? ¿No nos reiremos en un futuro del dolor que nos produce una separación hoy? Lo atractivo resultará del poder observar cómo estos dos personajes no pueden ver y reconocer que no han sido hechos el uno para el otro, que su relación no funcionará jamás en estas condiciones y que lo mejor que les puede suceder es aquello que tanto espanto les produce imaginar”.
“TAN SÓLO UN GESTO” demuestra que el primer acierto de los directores fue la elección de los actores.
TAN SÓLO UN GESTO
Domingos, 18.00 hs. en EL CAMARÍN DE LAS MUSAS
Dramaturgia: Diego Carreño
Actúan: Miguel Angel Vigna, Noelia Vittori
Vestuario: Analía Cristina Morales
Escenografía: Analía Cristina Morales
Diseño de arte: Analía Cristina Morales
Diseño sonoro: Marcelo Ceraolo
Música original: Diego Carreño, Pablo Sirianni
Diseño De Iluminación: Víctor Chacón
Diseño gráfico: Sara Paoletti
Prensa: Marina Kryzczuk
Producción: Malditas Producciones
Coreografía: Luciana Lester Abalsamo
Dirección: Leandro Aíta, Diego Carreño.
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Antonella Piersanti es Locutora Nacional, Actriz y Prof. de Artes en Teatro. Es conductora de TV & Radio.