Las siete rutas más peligrosas del mundo: dónde quedan

Desde las montañas de Nueva Zelanda hasta la cordillera de Los Andes en la frontera entre Chile y la Argentina, estas son las siete rutas que, según los expertos, es preferible evitar

Una empresa de alquiler de autos realizó un ranking para alertar a los conductores sobre las rutas más peligrosas para manejar

Curvas cerradas, pendientes pronunciadas, pasos angostos, terrenos irregulares, precipicio, camino de ripio, poco mantenimiento, pozos, falta de barreras, condiciones climáticas extremas, mala señalización, problemas de visibilidad, poca o nula señal y ausencia de estaciones de servicio o lugares para recalar. Estos son algunos de los factores que se combinan para hacer que un paseo rutero se transforme en una experiencia religiosa, no por el camino en sí, sino por el hecho de sobrevivirlo.

Una ruta peligrosa se caracteriza por presentar al menos un desafío en la conducción. Ahora, cuando varias dificultades convergen en una misma trayectoria, la cosa pasa a ser un emblema para los conductores y manejarla, un símbolo de proeza al volante, ya que para transitarlas se necesita un conjunto de habilidades que van más allá de las técnicas.

En este sentido, Stress Free Car Rental, una empresa de alquiler de autos con sede en Manchester, Inglaterra, elaboró un ranking para informar a sus clientes sobre las rutas más “traicioneras” del mundo. Desde los Fairy Meadows en la región montañosa de Pakistán a las colinas heladas de Inglaterra y a la cordillera argentina, estas son algunas de las rutas que más accidentes registraron y más miedos invocaron.

Portavoces del sitio web británico hicieron énfasis en que, para transitar estas rutas, es indispensable saber dejar el ego de lado y tomar precauciones, pero que lo mejor es evitarlas por completo. “Ya sea un conductor excepcionalmente experimentado o uno demasiado confiado, no vale la pena arriesgarse. Un paso en falso en estas rutas termina en una muerte casi segura para los conductores”, concluyeron.

1. Skippers Canyon Road, Nueva Zelanda

Skippers Canyon Road en Nueva Zelanda
Skippers Canyon Road en Nueva ZelandaShutterstock

22 kilómetros de caminos angostos y sinuosos, curvas cerradas y pendientes empinadas a lo largo de un cañón en el suroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda, cerca de Queenstown, se llevan el primer lugar en el ranking de rutas más peligrosas para manejar. El camino fue tallado a mano por mineros en 1890 y varios de los tramos que la conforman no volvieron a pavimentarse desde ese entonces, por lo que muchas partes están bastante desgastadas.

La Skippers Canyon Road regala vistas panorámicas del desfiladero y del río Shotover, pero cualquiera que la maneje debería antelar que al corazón lo va a tener en la garganta durante la mayor parte del camino. La ruta serpentea a lo largo de laderas empinadas y acantilados, no tiene barandas y los desprendimientos de rocas y tierra son posibles, todo lo cual hace que un error pueda resultar en una caída, posiblemente, fatal.

2. El Caracol, Chile

La ruta del Caracol en la cordillera de Los Andes
La ruta del Caracol en la cordillera de Los AndesShutterstock

La Ruta Internacional 60, en Chile, tiene un tramo popularmente conocido como “El camino de los caracoles”, sobre la Cordillera de los Andes, antes de conectar con el túnel Cristo Redentor en la frontera con la Argentina, en el paso hacia Mendoza.Es conocida por su serpenteo y sus vistas panorámicas de la cordillera.

A 3900 metros de altura, el camino es empinado, tiene múltiples curvas cerradas y giros pronunciados, y en invierno se le suma el componente de la nieve y el hielo, que elevan el desafío a otro nivel. Además, por tratarse de una ruta con una frontera internacional, tiene un tránsito regular de camiones pesados.

3. Snake Pass, Inglaterra

Paso de la serpiente en Inglaterra
Paso de la serpiente en InglaterraShutterstock

El Snake Pass, o Paso de la Serpiente, en Inglaterra, es una ruta de alrededor de 58 kilómetros que se extiende a través del Distrito Peak de un parque nacional en el norte del país, y conecta a las ciudades de Sheffield en el condado de South Yorkshire y Glossop en el condado de Derbyshire.

El terreno es ondulado y serpentea a través de paisajes montañosos típicos de la campiña inglesa, con valles, colinas y vegetación. Se trata de una ruta más popular entre motociclistas que automovilistas, tiene curvas pronunciadas y cerradas, cumbres ciegas y, en invierno, puede estar cubierta de nieve y hielo. Normalmente cierran el paso durante 70 días por año debido a nevadas y deslizamientos de tierra.

4. Taroko Gorge Road, Taiwán

Taroko Gorge Road, o la Ruta del Desfiladero de Taroko, es una ruta escénica en Taiwán que atraviesa el Parque Nacional de Taroko, conocido por su belleza natural y formaciones geológicas únicas. Con casi 20 kilómetros de largo, forma parte de una red más amplia de rutas en la región y es internacionalmente conocida por sus túneles tallados en la montaña.

Taroko Gorge Roead en Taiwan
Taroko Gorge Roead en TaiwanCHC3537 – Shutterstock

Si no fuese por el factor peligro, el recorrido sería soñado. Por un lado, atraviesa cañones profundos, ríos cristalinos y cascadas que parecen sacados de un cuento. De hecho, a lo largo del camino hay senderos, miradores y atracciones para bajarse a explorar, entre ellos la Puerta de Mármol, el Puente de la Cascada Changchun y el Templo Cihmu. Sin embargo, por otro lado, requiere atravesar tramos estrechos a veces cargados de tráfico, subidas empinadas y, dependiendo del día, parches de niebla. Partes de la ruta a menudo son intransitables debido a las lluvias intensas y tifones que provocan deslizamientos del terreno.

5. Fairy Meadows Road, Pakistán

Fairy Meadows Road en Pakistán
Fairy Meadows Road en PakistánShutterstock

La Ruta de los Fairy Meadows (Praderas de las Hadas), en Pakistán, es un camino que lleva a una zona de prados verdes y vistas privilegiadas en las faldas del Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo. Con 16 kilómetros de largo, conecta la autopista Karakoram con el pueblo de Tato.

Varios puntos a tener en cuenta. El primero es que no es una ruta moderna, sino un camino antiguo, de tierra, que puede ser difícil de transitar por su estrechez y sinuosidad. De hecho, el acceso es limitado y, en muchos casos (como cuando hay nieve en invierno o lluvias en temporada) no se les permite a los vehículos entrar, o se les pide estacionar en un punto establecido y continuar a pie.

6. Paso de Zojila, India

Ubicado a 3500 metros sobre el nivel del mar, el Paso de Zojila es una ruta de montaña ubicada en la región de Cachemira en el norte de India. Conecta Srinagar, la capital de la Unión de Territorios de Jammu y Cachemira, con la ciudad de Leh en la región de Ladakh y, dato no menor, atraviesa el Himalaya.

El Paso Zojila- Srinagar en India
El Paso Zojila- Srinagar en IndiaShutterstock

Su longitud es de menos de 10 kilómetros que por su dificultad, podrían parecer 100. La ruta es angosta y serpenteante, con terrenos empinados y curvas cerradas y, en el punto más alto, a una altitud de 3528 metros que puede hacer sentir la falta del oxígeno, sobre todo en quienes no están acostumbrados al clima de montaña. En definitiva, no es apta para personas con vértigo.

Sin barreras y con un mantenimiento muy precario, entre los riesgos más intimidantes de la ruta están la posibilidad de desprendimientos de rocas y avalanchas debido a las condiciones de la zona geológica. Por eso, suele estar abierto solo durante los meses de verano.

7. Sani Pass, Sudáfrica

Última en el ranking está el Paso de Sani, en Sudáfrica. Ubicada en la región de KwaZulu-Natal, se trata de una ruta de montaña que llega a los 2865 metros de altitud en su punto más alto y, popularmente, es uno de los caminos más peligrosos e imponentes del continente africano.

Paso de Sani en Sudáfrica
Paso de Sani en SudáfricaShutterstock

Aunque no supera los nueve kilómetros de extensión, su terreno empinado y accidentado la hacen extremadamente desafiante. El camino sin pavimentar atraviesa el corazón de Drakensberg, una cadena montañosa de terrenos empinados, pendientes pronunciadas y curvas cerradas, con pasos angostos, cruces de agua y cascadas que hacen que no tener una 4×4 sea una misión a lo duro de matar.

Las vistas panorámicas de valles y acantilados son uno de los principales atractivos que hacen que la gente se quiera arriesgar. Debido al terreno accidentado y las condiciones climáticas cambiantes, los desprendimientos de rocas y las avalanchas son relativamente frecuentes y, si se presta atención, se pueden avistar restos de vehículos que no llegaron al final.

Fuente: Sol Valls, La Nacion