Poseídas, obra de danza de Camila Blander, Nazarena de los Santos y Valentina Werenkraut, presentada en la última edición.. Imagen: Prensa
«FAUNA», el Festival Artístico de la Universidad Nacional de las Artes, es único en su tipo. Se trata de un festival universitario que reúne distintos lenguajes, y conecta a la comunidad educativa entre sí y con el público. A diez años de su surgimiento, en su quinta edición -del miércoles 23 al domingo 27- ofrecerá una programación compuesta por cerca de 145 producciones seleccionadas por un comité de 48 docentes pertenecientes a los diversos departamentos de la casa de estudios. Participarán alrededor de 350 artistas, entre estudiantes, graduadas y graduados ylos miembros de elencos estables y compañías de la UNA. Un jurado entregará premios y menciones en 17 categorías.
Esta es la edición «más difícil» de llevar a cabo, admite Sandra Torlucci, rectora de la UNA (el encuentro fue creado en su gestión). El desfinanciamiento asfixia a la universidad a tal punto que hubo que posponer el encuentro, que es bienal y debería haberse realizado a fines del año pasado. El recorte en la inversión para gastos es del 30 por ciento, pero si se toma en cuenta la inflación, casi que alcanza el 200. «Y en salarios no nos recortaron, pero nos están desfinanciando las paritarias, entonces tenemos pérdidas de docentes y de no docentes que se van a trabajar a otra parte, porque los salarios son mínimos», dice la rectora.
Por eso destaca la «pasión» y el «compromiso con la realidad social» que esta edición de décimo aniversario lleva como impronta. Y en parte por eso el lema es «Construimos mundos y los defendemos». Además de en el cambio de fecha, la situación que atraviesa la institución generó complicaciones para conseguir sede. No se podían pagar alquileres y no había soluciones de parte del gobierno nacional. La quinta edición se desarrollará en distintos espacios del circuito cultural del barrio de La Boca, con el Centro de Producción y Difusión de las Artes de la UNA -ubicado en Agustín R. Caffarena 72- como epicentro. El resto de los lugares se consiguió por alianza con el ámbito público (gobierno porteño) y privado. Las anteriores ediciones fueron en el Konex (2015), el Cultural San Martín (2017, 2019) y el Centro Cultural Borges (2022).
La programación del FAUNA
El menú del FAUNA es muy variado, «interdisciplinar», como eco de lo que sucede en el mundo del arte contemporáneo. En efecto, las categorías se han ido modificando, corriéndose de las etiquetas más tradicionales. Entre las producciones se incluyen obras bidimensionales, tridimensionales y propuestas tecnopoéticas, a las que se suman performances, producciones teatrales y de danza, conciertos de música académica y popular, proyecciones audiovisuales -de ficción, documental y experimental- y las categorías de texto narrativo breve, dramaturgia breve, poesía y ensayo. La mayor parte de las obras e instalaciones podrá visitarse de 16 a 21 en el Paseo de las Artes -Pedro de Mendoza 750-, mientras que la producción audiovisual y las propuestas de textos estarán en exhibición en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken -Agustín Caffarena 51-.
«El FAUNA siempre tiene la idea de conectar a los estudiantes con el mundo profesional y que el público que anda por la ciudad vea lo que se produce en la universidad. No es como lo que se esperaría ver, una cosa medio de estudiantina. No: son profesionales, las obras están curadas y seleccionadas, y la verdad es un orgullo que funcione. La mayoría de lo que se produce en la universidad los estudiantes lo hacen con mucha conciencia, pasión y compromiso. Eso es verdaderamente emocionante», expresa Torlucci, quien también define al festival, de entrada gratuita y sin el requisito de reserva de entradas, como «un servicio cultural» que garantiza «la democratización y el acceso». En 2022, 9500 espectadores circularon por FAUNA. «También es de mucho interés para los docentes, porque ven lo que producen los estudiantes y revisan sus fallas y debilidades. Vemos cómo son las producciones, sus temáticas. Eso hace que los evaluemos», añade en la charla con Página/12.
De 500 proyectos fueron elegidos 143. La magnitud del evento dificulta una síntesis sobre un hilo temático, pero hay asuntos que sobresalen en los materiales: medio ambiente, género, derechos humanos y cuestiones «que atraviesan a las adolescencias y las juventudes, desde los vínculos hasta el trabajo y las elecciones profesionales». También puede haber adaptaciones de clásicos. Con una preocupación sobre la marginalidad en ascenso, el contexto social, político y económico se cuela de manera «metafórica» en varias producciones. En torno a lo formal, la síntesis se complica aún más: «hay desde dibujo hasta robótica, tecnopoética, lectura de dramaturgia o poesía, teatro, proyección de pelis que pueden ser ficciones o documentales o experimentales, música académica, música popular, rap…», enumera Torlucci al ser consultada al respecto.
El evento cuenta con jurados «internos y externos» a la casa de estudios, que eligen lo más destacado de cada categoría. Explica Torlucci: «Dejamos una cantidad de obras curadas para cualquier oferta que después le pidan a la universidad, cuando nos llaman de alguna provincia, otro país o de la ciudad de Buenos Aires». A su vez, los artistas premiados reciben dinero. «No es mucha plata, pero les sirve para producir», explica la rectora.
«Nos preocupa mucho la censura»
«En un momento de ataque a la cultura woke -entre comillas, porque es el término que utilizan ellos- pareciera que dedicarte a la cultura es como dedicarte a algo clandestino, estigmatizado«, analiza. Sin embargo, esto no repercute en la cantidad de inscriptos en la UNA, como tampoco lo hace el hecho de que este gobierno no de importancia a la cultura, incluso, como industria. «La gente que ya decidió está firme en su deseo, su vocación; viene, sigue; y a veces en tiempos de crisis hay un aumento de matrícula. Es un fenómeno inverso a lo que se da en otras carreras. En ese sentido, el sector de las artes y toda la cultura tiene una identidad muy fuerte», postula Torlucci.
Para ella, el lema de esta edición tiene que ver con «defender al sector cultural, que está siendo atacado y censurado». «Nos preocupa mucho el tema de la censura. Es muy delicado y siempre es una característia de los gobiernos autoritarios. Hay ataques indirectos o directos (a Milo J, Lali, intelectuales como Rocco Carbone). En FAUNA todo el mundo puede producir y decir exactamente lo que quiere y nos parece que es parte de la libertad de crear, que está siendo atacada en este momento por los sectores hegemónicos. Todas las universidades se tienen que poner muy firmes en la defensa de lo cultural, de la libertad artística y creativa, del pensamiento crítico«, concluye.
Además de las mencionadas, las sedes son El Galpón de Catalinas -Benito Pérez Galdós 93-; Espacio de Arte Caffarena 86; uno de los auditorios de la Usina del Arte -Agustín Caffarena 1- y su plaza, ubicada en la esquina de Caffarena y Pedro de Mendoza, que exhibirá una performance al aire libre el sábado a las 20. La programación se puede consultar en la cuenta de Instagram @una.oficial y el sitio web fauna.una.edu.ar.
Fuente: pagina12.com.ar