Una nueva especie de pez que vive en charcos de lluvia fue descubierta cerca de las Cataratas del Iguazú

Felipe Alonso es investigador del CONICET en el Instituto de BIO y Geociencias del NOA (IBIGEO, CONICET-UNSa) y autor principal de la investigación sobre el hallazgo de la nueva especie, Argolebias adrianae. Participaron también científicos de la Universidad de La Plata y de CONICET La Plata, investigadores/as del CONICET NOA SUR, el Museo Nacional de Historia Natural de Montevideo, Administración de Parques Nacionales y la Fundación «Killifish».

Una nueva especie de pez killi (Argolebias adrianae) fue descubierta en un humedal temporario entre los árboles de la selva en la cuenca del Iguazú, muy cerca de las cataratas, en un pequeño charco que se llena con las lluvias. Esta pequeña especie es notable por prosperar en un ambiente siempre cambiante y poco predecible, donde el pulso temporal de disponibilidad de agua danza al ritmo caprichoso del clima de la región.

Los Killis estacionales son un grupo de peces presentes en América y África que se caracterizan por presentan notables adaptaciones que les permiten sobrevivir en ambientes acuáticos efímeros, que se secan completamente durante una parte del año, periodo que los adultos no sobreviven, pero sí sus huevos, que resisten el desecamiento durante meses enterrados en el fondo del charco. Dentro de este grupo de peces se encuentra el género sudamericano Argolebias, del cual hasta ahora se conocían tres especies.

El hallazgo de la nueva especie, Argolebias adrianae, tuvo lugar durante expediciones científicas en la Cuenca del Bajo Río Iguazú, conocida por sus elevados niveles de endemismo de peces. Su hábitat es una pequeña charca de aproximadamente 4 x 6 metros y con una profundidad máxima de 45 centímetros. La misma está rodeada de piedras basálticas y árboles de la selva circundante. Durante los períodos secos, el suelo, consiste en arcilla mezclada con restos de plantas en descomposición, está cubierto de hojarasca, troncos, ramas y plantas terrestres y permanece constantemente húmedo. En ese sustrato los huevos son depositados y pasan el periodo sin agua del charco. Este carece de plantas acuáticas, pero la vegetación circundante se sumerge en el agua que es transparente a color té.

Los killis estacionales típicamente sincronizan sus ciclos de vida con patrones predecibles de llenado y secado del hábitat que tienen una cierta regularidad en sus patrones, lo que permite que la biología de estas especies, como los tiempos de desarrollo embrionario, estén fuertemente sincronizados con los ciclos hidrológicos de sus ambientes. Sin embargo, el recién descubierto Argolebias adrianae se enfrenta a un desafío, ya que el charco en que habita experimenta ciclos de llenado y secado altamente variables debido a las variaciones de precipitación y cambios de temperatura. Esta imprevisibilidad distingue a esta especie de otros killis estacionales que a menudo ocupan hábitats más predecibles. Los investigadores registraron múltiples ciclos de secado y llenado a lo largo de dos años, incluyendo períodos de agua largos y sequías. Esta imprevisibilidad desafía la estrategia tradicional de los killis de sincronizar la eclosión con la fase acuática. Los huevos de A. adrianae incubados en laboratorio a temperatura ambiente se encontraron en condiciones de eclosionar aproximadamente luego de 3 meses de incubación fuera del agua.

El nombre de la especie «adrianae» es un tributo a la ictióloga argentina Dra. Adriana Almirón, en reconocimiento a sus contribuciones significativas a la ictiología neotropical. Esta elección “subraya el papel vital de las mujeres en el progreso científico y enfatiza la importancia de un entorno científico sin sesgos de género” según sus autores.

La investigación también explora las relaciones evolutivas de esta especie y los cambios durante el desarrollo, de la coloración entre las especies de Argolebias, revelando la importancia de incorporar estos datos en las descripciones de especies lo que puede mejorar nuestra comprensión de las relaciones evolutivas entre especies y la evolución de la coloración.

La historia de Argolebias adrianae tiene profundas implicaciones en el contexto de la crisis global de biodiversidad en curso. Esta especie recién descubierta nos insta a enfrentar un desafío crucial: la dificultad de identificar y describir la biodiversidad de especies en el mundo antes de que caigan en las sombras de la extinción. Los killis estacionales, en particular, son altamente vulnerables, con cerca de la mitad de sus especies en Sudamérica enfrentando algún grado de amenaza de extinción debido a sus tamaños corporales reducidos, sus rangos geográficos limitados y su dependencia intrínseca de hábitats acuáticos estacionales que son especialmente vulnerables a modificaciones, drenajes y rellenos causados por actividades humanas como la agricultura y las urbanizaciones.

La nueva especie fue descrita en un artículo publicado en la revista Canadian Journal of Zoology (Revista Canadiense de Zoología), titulado: “Expect the unexpected: a new species of killifish from a highly stochastic temporary wetland near Iguazu Falls (Cyprinodontiformes: Rivulidae)” (Esperar lo inesperado: una nueva especie de pez killi en un humedal temporal altamente estocástico cerca de las Cataratas del Iguazú (Cyprinodontiformes: Rivulidae)» a cargo de Felipe Alonso (IBIGEO-CONICET) y con la colaboración de G.E. Terán, P. Calviño, W.S. Serra Alanis, M.M. Montes, I.D. García, J.A. Barneche, L. Ciotek, P. Giorgis y J. Casciotta pertenecientes a CONICET, la Fundación Killifish, la Universidad Nacional de La Plata, la Administración de Parques Nacionales y el Museo Nacional de Historia Natural de Montevideo. El artículo puede accederse en el siguiente link: https://dx.doi.org/10.1139/cjz-2023-0132

Fuente: Conicet Salta-Jujuy.