¿Vuelve la música? Prueban por primera vez cómo hacer un recital seguro en pandemia

Estudio en The Lancet. Investigadores españoles testearon un protocolo para eventos masivos. Pero advierten que no es fácil de aplicar.

¿Volverán los conciertos masivos en algún momento de 2021? Músicos y aficionados rezan para que así sea. La pandemia de coronavirus hizo que estas actividades culturales sean las últimas en salir del túnel. Y así va a ser. Lo primero es que funcione la vacuna. Luego habrá que ver cómo se vuelve: si a lo bruto o con ciertas precauciones. Pero, mientras tanto, hay quienes están ideando formas de que los recitales regresen antes. Y con este objetivo en mente, investigadores y especialistas realizaron estudios para ver de qué manera podrían volver los conciertos lo antes posible.

En Barcelona se hizo el primer ensayo controlado aleatorio para evaluar el riesgo de transmisión de Covid-19 en un concierto de música en vivo en interiores con medidas de seguridad integrales. Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista The Lancet. 

Del evento participaron 465 personas que fueron evaluadas mediante pruebas de flujo lateral (un test rápido) antes de la entrada, usaron máscaras en todo momento y se adhirieron al control de multitudes en un lugar bien ventilado. Fueron comparados con otros 495 participantes que fueron asignados al azar a regresar a casa después de realizar un test rápido pero que no asistieron al concierto. El resultado fue que ninguna de las personas que fueron al concierto se infectaron con Covid

Los hallazgos ofrecen un paso hacia el reinicio de la música y otras actividades culturales que se detuvieron durante la pandemia. Sin embargo, los autores enfatizan que las condiciones de este estudio pueden ser difíciles de reproducir en muchos lugares, o eventos más grandes con más asistentes, y que se necesitan investigaciones para comprender las reuniones masivas en diferentes contextos. 

Las precauciones de seguridad incluyeron la detección el mismo día de los asistentes mediante pruebas de Covid-19 antes de la entrada, el uso obligatorio de una máscara N95, ventilación mejorada y control de multitudes. A los participantes se les permitió cantar y bailar en la sala de conciertos y no hubo recomendación de distanciamiento físico.

El autor principal del estudio, Josep Llibre, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de España, dijo: “Nuestro estudio proporciona evidencia temprana de que los eventos musicales en interiores pueden tener lugar sin aumentar el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 cuando se toman medidas de seguridad integrales, pero es importante que nuestros hallazgos se consideren a la luz de la situación en España en ese momento, cuando los casos no eran altos y existían muchas restricciones. Como resultado, nuestro estudio no significa necesariamente que todos los eventos masivos sean seguros».

La fila para ingresar. Los testearon antes y después. Foto AP Photo/Emilio Morenatti

La fila para ingresar. Los testearon antes y después. Foto AP Photo/Emilio Morenatti

Y agrega: “Las condiciones de la pandemia están cambiando constantemente. Las campañas de vacunación generalizadas, los cambios en la incidencia local y la aparición de variantes del SARS-CoV-2 con mayor transmisibilidad podrían afectar las intervenciones que probamos, por lo que necesitamos más estudios que incluyan un mayor número de personas que exploren diferentes escenarios y políticas que tengan en cuenta el contexto local «. 

Boris Revollo, uno de los coautores del estudio, señaló: “Las concentraciones masivas están asociadas con un alto riesgo de propagación del virus SARS-CoV-2 y la cancelación de grandes eventos ha jugado un papel importante en el control de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, estas cancelaciones han tenido como resultado pérdidas económicas sustanciales, estimadas en 5.500 millones de euros solo en España. A medida que las sociedades buscan la posibilidad de reanudar las actividades culturales de manera segura, se han propuesto pruebas de flujo lateral, que pueden entregar resultados en 30 minutos y realizarse en el sitio, como un medio para evaluar a las personas en la entrada para permitir que se lleven a cabo grandes eventos «.

En este estudio, los investigadores llevaron a cabo un experimento controlado para ver si las pruebas masivas a la entrada junto con otras medidas preventivas destinadas a bloquear la transmisión del SARS-CoV-2 podrían realizarse con éxito y si podrían crear un entorno seguro para un gran evento bajo techo.

Con barbijo. Los asistentes al recital de diciembre en Barcelona donde se testeó el protocolo para shows. Foto AP Photo/Emilio Morenatti

Con barbijo. Los asistentes al recital de diciembre en Barcelona donde se testeó el protocolo para shows. Foto AP Photo/Emilio Morenatti

Del estudio fueron excluidas las personas que habían dado positivo en la prueba de Covid-19 o habían estado en contacto con un caso positivo en las dos semanas anteriores; o que tenían condiciones de salud preexistentes que son factores de riesgo, o si vivían con personas mayores en el momento del estudio.

Todos los participantes dieron negativo en el test rápido. Alrededor de la mitad fueron asignados al azar para asistir al evento (465), y se pidió a la otra mitad que regresaran a casa a sus vidas normales (495). Las mismas muestras de PCR de cada participante se enviaron a un laboratorio para la prueba confirmatoria de Covid-19. Todos los participantes, incluidos los que no asistieron al evento, fueron visitados por un profesional ocho días después del evento para recolectar un segundo hisopado de la parte posterior de la nariz y la garganta para repetir la prueba.

El evento bajo techo tuvo lugar en la Sala Apolo de Barcelona, ​​que suele tener una capacidad de eventos de alrededor de 900 personas. Además de las pruebas, se controló la temperatura de todos los asistentes antes de que se les permitiera la entrada al lugar y se les entregó un barbijo N95, que debían llevar en todo momento dentro del lugar. Se proporcionó desinfectante de manos en varios puntos, el lugar estaba bien ventilado (todas las puertas de acceso y salida permanecían abiertas para permitir que circulara el aire) y la temperatura se controlaba para que los asistentes pudieran usar cómodamente sus máscaras. El guardarropas estaba cerrado para evitar hacer cola.

El evento en sí duró cinco horas y los asistentes pasaron un promedio de dos horas y 40 minutos dentro del lugar. Hubo dos actuaciones de DJ’s y dos actos de música en vivo. Las bebidas, incluido el alcohol, se servían en una sala de bar separada y había un área para fumadores en el exterior con capacidad controlada y distanciamiento físico.

La barra, en un lugar aparte del show. Foto AP  Photo/Emilio Morenatti

La barra, en un lugar aparte del show. Foto AP Photo/Emilio Morenatti

Todos los que participaron en el estudio debían instalar dos aplicaciones para teléfonos inteligentes: una aplicación de rastreo para capturar contactos cercanos de personas que pudieran haberse infectado durante el concierto y una aplicación separada para recibir resultados confidenciales de las pruebas. Los participantes también utilizaron esta segunda aplicación para completar cuestionarios de salud antes y 10 días después del evento, así como una encuesta de satisfacción para quienes asistieron.

Ninguna de las personas que asistieron dio positivo por Covid-19 ocho días después del evento, en comparación con dos personas del grupo de control. Los dos individuos que dieron positivo lo hicieron tanto en el flujo lateral como en las pruebas de PCR. El número de casos en el grupo control es bajo y acorde con la situación epidemiológica de Barcelona en el momento del estudio. En general, los hallazgos muestran que no hubo un aumento de la transmisión del SARS-CoV-2 asociado con la asistencia al evento.

En un cuestionario posterior, se les preguntó a los asistentes qué tan dispuestos estarían a asistir a otro recital los mismos procedimientos de seguridad y el puntaje promedio fue más de 9 sobre 10.

Los autores señalan que las medidas de seguridad integrales implementadas durante su evento pueden tener un costo prohibitivo para algunos lugares. Además, realizar pruebas a miles de personas unas pocas horas antes de un evento de reunión masiva plantea desafíos logísticos. Las aplicaciones de teléfonos inteligentes para brindar resultados a los asistentes pueden ayudar con esto, al tiempo que mantienen la privacidad de los usuarios. Sin embargo, destacan que las implicaciones para la salud pública de identificar y aislar a las personas infectadas con Covid-19 en un grupo de edad que a menudo permanece sin ser detectado también deben considerarse al evaluar los costos y beneficios de su enfoque.

Otra posible limitación del estudio es que los participantes pueden haber modificado su comportamiento durante el evento debido a su conciencia de ser observados. Sin embargo, en el cuestionario posterior, todos informaron haberse comportado normalmente y que no se sintieron bajo el escrutinio de los controles de seguridad.

Fuente: Clarín