
Los sistemas de IA crecen a una velocidad impensada y van camino de modificar cada espacio de la interacción humana; hay voces de alerta sobre sus riesgos

La empresa Geomiq tiene una misión: ponerle una cara a una nueva línea de robots humanoides. Y quiere que ese rostro sea creíble. La manera que encontró para lograrlo es ofrece 100.000 libras esterlinas a la persona que esté dispuesta a licenciar su cara para que se replique en esos robots.

Gracias a la Inteligencia Artificial, este sistema permite mantener la fonética y el tono de voz de las personas.