Es la base Belgrano 2, la más austral que Argentina tiene en la Antártida. Una cronista compartió con ellos la larga travesía desde Buenos Aires en el rompehielos Irízar para llegar al sitio donde la noche dura cuatro meses y la sensación térmica alcanza a los -70°.
Del color atractivo al sabor inesperado, Quisqueya Henríquez propuso una producción de arte efímero que estudia los estereótipos y ambivalencias históricas sobre aquella región.