Un repaso por lecturas, mesas y homenajes que tienen como eje central a la lectura y al autor de ‘Ficciones’.
María Victoria Kodama es abogada y junto con sus cuatro hermanos continuará con “cautela” y “responsabilidad” la custodia y el manejo de una valiosísima herencia
Su poemario debut, publicado en 1923, fue el paso inaugural de una obra que definió la literatura argentina. Un siglo después, se lo festeja con todo tipo de actividades para adentrarse en el universo borgeano.
El próximo 12 de julio a las 18:00, en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura (Avenida de Mayo 575), tendrá lugar la primera de dos Mesas redondas convocadas por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), en homenaje al centenario de Fervor de Buenos Aires, primer libro publicado por Jorge Luis Borges. Contará con la intervención del escritor Martín Kohan, el estudioso y bibliógrafo Nicolás Helft y las investigadoras borgeanas Patricia Artundo y Mariela Blanco.
El máximo escritor argentino suprimió alguno de sus libros en sus “Obras completas”. Otras, como “Fervor de Buenos Aires” y “Luna de enfrente”, sufrieron grandes modificaciones.
Tiene más de cinco mil libros, retratos y cartas que valen fortunas; propone que un grupo de notables se ocupe de la obra del escritor tras la muerte de Kodama, quien fuera su rival
A los 23 años, Borges imprimía su primer libro: un poemario cuya tirada tuvo solo 300 ejemplares, donde se encarga de fotografiar en versos los distintos puntos de la ciudad. La obra ocupará un lugar central durante la Feria del Libro de este año.ía judicial.
Javier Porta Fouz, periodista de cine y director artístico del Bafici, volcó sus pasiones porteñas en un libro crítico y entretenido que rescata la experiencia del paseo como clave para conocer la capital argentina a fondo
A 120 años de su nacimiento. Va desde Villa Ocampo en San Isidro hasta su casa de Adrogué, pasando por el Palermo de los malevos. Explorá el mapa.
Un homenaje al maestro, a partir de la lectura de Fervor de Buenos Aires, Luna de enfrente y Cuaderno San Martín. Por Adriana Muscillo